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POESÍA. Primer ejercicio
Fertilidad
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Tal vez hubiese sido más sensato
apelar a ti, fuente milagrosa
que te regalas, sempiterna diosa,
mente mía, a veces de antemano.
Pero he resuelto calar en lo más hondo,
bucear lo más profundo en el olvido,
dentro del corazón que arde sin pausa
en un volcán ardiente convertido.
No hay sentimientos vivos ni inhumados,
ni pasiones del hoy ni del otrora ,
ni suspiros, ni lágrimas, ni besos,
ni pesares que allí no se atesoran.
Es así que aceptando el desafío
intentaré escribirlo desde el alma,
volando sin recelos ni prejuicios
hasta el confín que mi memoria alcanza.
Más, de nada nos sirven los recuerdos
si? el corazón no late entre sus páginas,
si no surgen desde ellos nuevos bríos,
si no nos aminoran la nostalgia.
Si no retornan sólo como fantasmas
los amores que antaño nos marcaron,
si no son sus figuras y sus voces
simples reminiscencias del pasado.
Deben volver entonces las saudades
como huellas de un tiempo que perdimos,
como pisadas firmes que nos marcan
los nuevos? avatares del camino.
Como ríos de lava que descienden
desde el núcleo que bulle y energiza
insuflando calor y? vientos nuevos
en las ríspidas sendas de la vida.
Como estrellas que en las noches oscuras
alumbran el camino intransitable,
como gotas de agua que en las hojas
tiemblan de gozo cuando el sol se abre.
Como los mares de indomables olas
calmándose en los tiempos de bonanza,
como campos de trigo agonizantes
cuando la lluvia? buena? se descarga.
Como pájaros de vuelo inagotable
surcando con las alas desplegadas
el infinito azul de nuestros sueños,
el inmenso caudal de nuestras almas.