Navidad en Baboli

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Quioreng at 5:27 pm on jueves, diciembre 31, 2009

Os voy a contar la historia de María y de Jon. Unos papás que todavía no tenían ningún bebé. María y Jon vivían en una casita preciosa con jardín. Con ellos vivía el abuelo Nicolás. Un viejito un poco gruñón. En realidad muy gruñón, no era amigo de las visitas, ni de los cumpleaños, ni de las fiestas, ni de nada que cambiara su vida normal. Siempre andaba sólo de aquí para allá con su bastón, su boina y su perro Rodolfo. Un galgo corredor precioso que le acompañaba a todas partes. A María no le importaba que el abuelo fuera tan gruñón y le permitía todas sus rarezas menos una. Porque aunque no le gustaran ni las fiestas, ni las celebraciones, todos los años en casa de María y de Jon se celebraba la Navidad por todo lo alto. El abuelo refunfuñaba igual, pero sabía que se tenía que aguantar. María y Jon en su afán por ser papás siguieron todos los consejos que les dieron, pero el bebé no llegaba. Y después de estudiar todas las opciones decidieron buscar una escuela de papás. Navegaron por la web buscando la mejor de las mejores. Tener un bebé era muy importante para ellos y querían hacerlo muy bien. Al fin encontraron una que tenía en su página comentarios de muchos papás felices que contaban sus experiencias de éxito, después de pasar por sus aulas. Incluso algunos colgaron las fotos de sus retoños. La directora de la escuela, la Señorita Fleur de l´école, era muy exigente con los requisitos. No dejaba matricularse a cualquiera. Así que tuvieron que pedir una cita con ella para ser admitidos.

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Llegó el día en que? María y Jon se entrevistarían con la Srta. Fleur de l´école. Se levantaron muy temprano, y mientras Jon estaba en la ducha, María ponía el desayuno al abuelo como todos los días.

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– Te digo que no tengo hambre.- Refunfuñó el abuelo, levantándose de la mesa de la cocina.- Aún no es la hora de desayunar, como quieres que tenga hambre tan temprano. Bueno, bueno, bueno. Rodolfo, vamos, hoy parece que damos antes el paseo. ¡Será posible!

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Después del pequeño desacuerdo con el abuelo, María y Jon fueron a la escuela con sus mejores trajes. Cuando llegaron la secretaria de la escuela les acompañó hasta el despacho y por fin les recibió la Señorita Fleur de l´école. Todo en la escuela era muy antiguo y exótico. En el despacho de la Señorita Fleur, además del escritorio, tenía una mesa baja hexagonal con un centro de fruta, en la que se acomodaron sentados en unos cojines. La decoración colonial hacía juego con un titi, que colgaba por su cola de un perchero y una jaula con un loro azul, rojo y amarillo,? que repetía, Té, té, gato, gato, una y otra vez. La entrevista fue de lo más extraña. Tomaron el té mientras la Señorita Fleur les hacía preguntas, como cual era su dulce favorito o de que color llevaban los calcetines. Mientras, el mono bombardeada sin piedad, con uvas a Jon. Sin la menor reacción por parte de la Señorita Fleur. María se moría de la risa, aunque intentaba contenerla. Y Jon cada vez estaba más nervioso. Lo mejor fue cuando un gato se subió a una estantería que estaba encima de la cabeza de Jon y le hizo pipí encima. María no pudo contenerse y estalló en carcajadas a lo que se unió la Señorita Fleur, mientras limpiaba la cara a Jon con una servilleta de papel. Pero después de todo fueron admitidos. Y les fué de mil amores desde ese momento. No se puede decir que las clases fueran convencionales y aunque no tuvieran ningún motivo, confiaban ciegamente en que todo iba a salir bien. Y estaban en lo cierto, porque la escuela de la Señorita Fleur era mágica. En realidad era la escuela donde los primeros papás aprendieron a ser papás. María y Jon pasaron las pruebas finales con honores y les entregaron el diploma de papás en una gran fiesta de graduación. A la que, claro, el abuelo Nicolás no acudió. En la fiesta lo pasaron de maravilla y llegaron tardísimo a casa. A la mañana siguiente abusaron de almohada y cuando se levantaron el abuelo Nicolás refunfuñaba sin parar. Que si la escuela esto, que si la escuela lo otro, pero como? María y Jon estaban acostumbrados no le hicieron mucho caso y fueron a desayunar. María quiso examinar de nuevo sus diplomas y al extenderlos se dio cuenta de que tenían algo pegado al dorso. Era muy fino, rectangular, de plástico negro, del tamaño de un paquete de chicles en grageas. Tenía una pantalla cuadrada y en un extremo un botón de color rojo con el símbolo de la velocidad angular (?), en el otro.

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– Jon mira esto, ¿que será?,- mientras lo despegaba.- Aquí parece que pone algo. Atra, se lo acercó un poco? Atraedor. ¿Atraedor?. ¿Será para atraer los bebés o algo así?.

– No tengo ni idea, pero de la Señorita Fleur puedo esperarme cualquier cosa.

– Mira en el tuyo hay otro igual. María toqueteó la pantalla y se iluminó proyectando una luz muy intensa, primero azul, luego verde, cambiaba de color y María no conseguía ver nada. Y apretó el botón pensando que así funcionaría. Jon, ojoplático, no daba crédito. Se formó un torbellino en el lugar donde estaba María. Los platos volaban alrededor de la cocina, junto con los cubiertos, y el abuelo Nicolás y Rodolfo, que acababan de entrar, también se unieron al remolino.

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– ¡María, María!.-Intentando alcanzar el remolino.- ¡Pero hombre Nicolás! ¿?Donde va usted, también ahora?.

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? Duró unos tres minutos y después se cayó todo al suelo.

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– ¡María! ¡María!.-Había desaparecido.

– ¿Se puede saber que es lo que has hecho? Primero me dejáis sin desayunar y ahora esto. El abuelo se sacudía los pantalones y buscaba su garrote. Aunque Jon no le hacía ningún caso.

– No hay ningún agujero ni nada. ¡Por donde! ¡Por donde! No puede ser.

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Y entonces se acordó del aparatito. Buscó su diploma entre los platos, cubiertos y demás vajilla que había por el suelo. Aquí está. Cogió el atraedor y apretó el botón rojo. Se repitió la escena y mientras el abuelo volvía a volar por los aires, Jon entró en una espiral de color. Estaba un poco mareado cuando por fin paró de dar vueltas.

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– ¡María! Estas aquí. ¡Que susto me has dado!. ¿Estás bien?.

– Si, Jon, todo está bien.

– Uff, menos mal.

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? Pi, pi, sonó el atraedor de Jon. En la pantalla apareció: ¡Bienvenido a Baboli!. Y es que Jon y María habían “aterrizado” en la ciudad mágica de Baboli. El lugar donde van los niños cuando los papás miran hacía otro lado un momento y de repente desaparecen, no logran encontrarlos porque están en Baboli. La ciudad donde es real todo lo que los niños sueñan. Me gustaría poder describírosla pero no me es posible, ya que cambia cada vez que un niño lo desea. Puede que por la mañana tu casa sea un castillo de trufa y por la tarde una nave espacial. Recuerdo que los García llegaron a vivir dentro de un elefante. Las calles de Baboli que ayer te llevaban al mercado hoy pueden llevarte al circo y mañana quizá al dentista, así que es muy emocionante vivir cualquier día normal. María y Jon por más que daban al botón rojo, no lograban volver a casa. Así que buscaron un lugar donde pasar la noche. Y a la mañana siguiente despertaron en su cama de siempre. Después de dar mil explicaciones al abuelo se fueron de inmediato a la escuela. La Señorita Fleur les explicó que habían estado en Baboli, en la ciudad de los niños y que podían volver siempre que quisieran. Les explicó que era el mejor lugar para conseguir ser papás. Sólo había una regla. Si un niño era engendrado en Baboli, debía de quedarse allí.

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– ¿Y que vamos a hacer con el abuelo?. Preguntaron los dos a la vez.

– Un bebé puede invitar a vivir toda su familia.

– ¡Ah! Dijeron aliviados.

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Y a partir de entonces pasaban en Baboli casi todo su tiempo libre. Cada vez les gustaba más. Y al llegar la primavera sucedió el milagro. María estaba embarazada. La pequeña fue engendrada en Baboli así que se mudaron definitivamente allí. El abuelo Nicolás, como no le gustaban los cambios, prefirió quedarse sólo con Rodolfo, pero prometió ir cuando naciera el bebé. Pasaron los meses y María estaba casi a punto de dar a luz. María y Jon estaban muy contentos, les encantaba vivir en Baboli. Pero echaban de menos una cosa de su tierra. Baboli era una ciudad muy joven, sin tradición y allí no había Navidad. María adoraba la Navidad. Recordaba momentos muy felices de su infancia y no quería que su bebé se lo perdiera. Deseaba con tanta fuerza que hubiera Navidad en Baboli. Echaba de menos los adornos y las luces de las calles. La gente cantando villancicos, los dulces, los regalos y sobre todo el amor tan especial que surgía en la gente. Pero la ciudad sólo respondía a los deseos de los niños. El día 24 de diciembre nació la pequeña, según el calendario de Baboli. Según vuestro calendario sería más o menos septiembre. Es que los niños son un poco impacientes y por eso todo llega a Baboli un poco más deprisa. Los médicos pusieron a la niña en los brazos de María. Los barrotes de la cama se llenaron de espumillón, aparecieron guirnaldas adornando la puerta y comenzó a lucir un pino que se veía por la ventana. Jon accionó el atraedor y un remolino trajo al abuelo Nicolás y a su perro Rodolfo.

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– ¡Menudo mareo! Y es que no podéis vivir en un sitio normal.-? Rodolfo se sacudió moviendo las orejas.

– Hola Abuelo. Le saludo Jon. La primera vez te mareas un poco, pero luego te acostumbras.

– Bueno, bueno. Y donde esta el niño.

– Niña. Es una niña.- María dijo con el bebé en sus brazos. Y está aquí.

– ¿Una niña?

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El abuelo se asomó para verla y sucedió algo mágico. Le empezó a crecer una barba blanca, a Rodolfo se le puso la nariz roja y le salieron unos grandes cuernos. La boina ahora era un gorro rojo, su ropa se volvió roja también y su bastón se convirtió en un saco lleno de regalos. Una camilla arrendó a Rodolfo y se puso a sobrevolar las habitaciones del hospital.?

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– Jo, jo, jo. El abuelo intentaba protestar pero no era capaz de decir otra cosa. Jo, jo, jo. Rodolfo voló demasiado cerca del abuelo le hizo caer en la camilla y se lo llevó volando por la ventana. Jo, jo, jo. El abuelo refunfuñaba, pero sabía que se tenía que aguantar.? ? Jo, jo, jo.

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– ¡Abuelo! Pero si es. María y Jon no salían de su asombro. Pero si es.

– ¡Papá Noel!.-dijo Jon terminando la frase.

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Mientras tanto el gobernador de Baboli recibía quejas a miles de los ciudadanos de Baboli. Se estaba volviendo loco. Todos los atraedores estaban inservibles. Nadie podía entrar ni salir de la ciudad.

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– Debe de ser un fallo en el canal de flujo. Estamos tratando de solucionar la avería.-El gobernador se peinaba el pelo con los dedos con cara de desesperación.- Si puede ser algo haciendo interferencias. ¿Qué? ¿Una estrella? ¿Qué estrella?

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Y es que justo encima del hospital se había instalado una gran estrella. El gobernador de Babolí estaba preocupado. No podían estar incomunicados. Así que les mandó un mail a los tres mejores astrónomos del mundo, Melchor de Noruega, Gaspar el americano, y Baltasar originario de Africa. Contestaron de inmediato para pedir instrucciones de cómo llegar a Baboli, porque ya se habían percatado de la nueva estrella. Los atraedores estaban inservibles pero se podía llegar a Baboli cruzando el? desierto de Taklamakán. Uno de los más grandes y más inhóspitos del mundo. Los astrónomos cogieron el primer vuelo a Xijang, aunque aprovecharon para hacer escala en Paris y comprar bonitas capas de diseño. El resto del viaje lo harían en camello, se guiarían con GPS de día y siguiendo la estrella de noche. Feroces vientos y tormentas de arena fueron sus compañeros de viaje. Bordearon la antigua ruta de la seda y después de mucho esfuerzo aún no había amanecido el 6 de enero cuando consiguieron? llegar a las puertas del hospital de Baboli. El gobernador no había llegado, así que fueron a visitar a la niña de María y de Jon y le hicieron muchos regalos. Primero a ella y después a todos los demás niños de Baboli. Al día siguiente el gobernador fue a darle las gracias a los reyes porque la estrella ya no estaba. En realidad no volvió a aparecer hasta el próximo 24 de diciembre. Y así fue como llegó la Navidad a Baboli. Con sus adornos, su Papá Noel, y sus Reyes Magos. María y Jon decidieron llamar a su hija, Natividad porque ella como todos los niños trajo el espíritu navideño a todos en su hogar, Baboli. Bueno a todos menos a su abuelito Nicolás que refunfuñaba igual, pero sabía que se tenía que aguantar.? ? Jo, jo, jo.

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Fin.

CLARA WIECK

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Corina Harry at 8:50 pm on lunes, diciembre 28, 2009

Una vez más, los apremios económicos requerían que Clara emprendiera una nueva gira. Robert no se encontraba bien de salud y había ocho niños que alimentar. El menor todavía de pañales y aferrado al pecho de su madre.? El viaje sería largo y tedioso. Tío Brhams se encargaría de los siete mayores en la casa de Leipzig y papá Robert acunaría al bebé en el camarín del teatro mientras mamá Clara diera uno de sus afamados conciertos de navidad.

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La sala se iba colmando de gente de varias regiones de Europa. El niño dormía en la cuna en el camarín principal. El concierto se había dividido en dos partes a pedido de Clara. El intervalo sería de media hora, lapso mínimo que el bebé necesitaba para alimentarse. Los empresarios responsables de la sala no estaban conformes con los gastos que acarrearían mantener el teatro iluminado tanto tiempo extra. Pero para Clara nada de eso entraba en discusión. De todas formas el público ya estaba allí y sería bien recompensado por la espera. A Clara le maravillaba ver como su leche daba forma y tamaño al cuerpo de su hijito como lo había hecho con los otros siete. Por nada del mundo iba a privarse de uno de los placeres femeninos más maravillosos que la naturaleza le había regalado: su hijo en su pecho, momento sublime y sagrado.

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La primera parte del concierto se convirtió en una cautivante delicia que hizo olvidar todos los inconvenientes y malhumores de los empresarios de sala. El éxtasis del público y de la crítica garantizaba una buena recompensa económica. Comenzado el intervalo, en cada pasillo del teatro, los comentarios acerca de si Clara seguía manteniendo su figura después de ocho partos o sobre si Robert continuaba enfermo y qué decían los doctores, hizo que la media hora no fuera suficiente para tanta lengua suelta.

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Mientras tanto, en su camarín, Clara se empeña en que su hijo se prenda a su pecho antes de ser requerida nuevamente en el escenario. El niño sigue durmiendo. Ni las dulces palabras de Clara, ni los intentos de su padre por despertarlo, logran sacar al niño de su sueño profundo. Clara intenta amamantarlo dormido, pero él tan sólo sonríe al contacto de sus labios con el pezón de su madre. ? ?

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Transcurrida la media hora pactada, Clara regresa al escenario sin haber logrado alimentar a su hijo que sigue durmiendo en su cuna bajo la mirada vigilante de su padre. ? Clara se sienta al piano ovacionada por la audiencia. Los aplausos se atemperan. Las manos de Clara comienzan a deslizarse sobre el teclado. El público percibe una particular sensibilidad en la interpretación de la obra. ¿Será que su condición innata se ha acrecentado con cada alumbramiento? ?

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Los dos primeros movimientos de la Sonata Nº 14 de Beethoven transcurrieron claros y diáfanos ante los oídos imperturbables del auditorio. Clara comenzó a sentir que algo se interponía entre ella y el teclado de marfil. Las notas comenzaban a brotar de sus dedos al ritmo impuestos por sus pechos desbordantes del líquido alimento; del único e irremplazable sustento ? del niño que se despierta en la cuna y reclama a su madre. ?

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Clara percibe el despertar del niño. El niño distingue el goteo de leche tibia que cae en el regazo de Clara que se inclina suavemente hacia delante como si con ello pudiera preservar el contenido de sus pechos. Clara ya no le presta atención ni a sus manos ni al teclado. En su mundo sólo existen las gotas que caen indefensas mojando su vestido. El niño distingue el goteo de los pechos de su madre. Clara percibe el reclamo de su hijo.

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Tercer movimiento: “Presto”. Los dedos de Clara sobre el teclado del piano semejan un torbellino desmedido y presuroso. Sin embargo cada nota es precisa, prolija, limpia dentro de un fraseo perfecto y profundamente emotivo. El tiempo apremia. Clara agradece a Dios que el último movimiento de la sonata sea un presto. El público absorto no contiene el aliento como si la exhalación de una sola persona pudiera detener la perfección del milagro.

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El último acorde trajo el alivio al cuerpo del Clara. Simultáneamente a la explosión de los aplausos, Clara sale del escenario y corre a su camarín, toma al niño de brazos de Robert y se sienta feliz a amamantarlo. El niño sonríe mirando a Clara a los ojos y recibe con avidez el amor y la leche de su madre mientras resuenan los aplausos del público que no se resigna a abandonar la sala hasta que la artista regrese al escenario. Clara sonríe y Robert cierra la puerta del camarín preservando ese momento sublime y sagrado: el niño en su pecho.

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CORINA HARRY

Navidad perenne

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Alicia at 8:10 pm on lunes, diciembre 28, 2009

Navidad perenne

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No le era común arrastrar el trineo con sólo cuatro renos. Los interminables viajes habían minado las fuerzas de los más diestros y los actuales no eran duchos en transitar los laberínticos caminos del mundo; como consecuencia, disminuidas la cantidad y la experiencia,

debería recurrir a nuevas estrategias para lograr su plan.

Se le hacía dura la tarea a medida que los años pasaban. El asiento cubierto de pieles parecía quejarse de su sobrepeso; hundido en el centro, lo obligaba a inclinarse sobre un costado haciendo peligrar el equilibrio y del respaldo de antaño no quedaban huellas. No ocurría lo mismo con las bridas de cuero, cada año se ocupaba de renovarlas para no correr riesgos.

El traje de pana roja también daba muestras del uso continuado. El desgaste resaltaba en los codos y rodillas de un modo llamativo y el botón faltante evidenciaba la prominencia del abdomen. El armiño de los bordes y del gorro lucía opaco y raído a pesar del cuidado con que intentaba disimularlo.

No se quejaba. Amaba lo suyo a punto tal que no sabría a qué dedicarse de no ser aquello. Y no sería fácil encontrar otra actividad que le generara tal satisfacción.

¿Qué otra situación podría equipararse con sus vivencias? Los gestos de asombro ante su llegada, el leve temblor de las manos y hasta algunas lágrimas, compensaban con creces sus incomodidades. Los ojos admirados e inocentes, las sonrisas eternas y los gritos de júbilo no se abandonaban así porque sí.

Su agenda pesaba en demasía teniendo en cuenta que a las obligaciones le sumaba los recuerdos de cada viaje, sobre todo de aquellos que él consideraba especiales.

El collar de caracolas de Brenda, la pequeña samoana, el trozo de colmillo de elefante de Aman, traído desde Angola,? el sikus que le obsequiara Ucumari en su viaje al altiplano y cientos que se agregaban a la lista interminable.

No podía abandonarlos, no cabía? en él la intención a pesar de los inconvenientes que cada año aumentaban en número y complejidad.

El último, surgido de los avances de la civilización, parecía sobrepasarlo; no le sería fácil eludirlo pero aún así lo intentaría. Para ello, buscó una salida que creyó elegante.

Faltando una semana para la Nochebuena se calzó el traje de fiesta, garabateó en un papel los principales obstáculos a recordar y ? ? clareando la mañana se dirigió al lugar convenido.

Habían elegido encontrarse en las afueras del pueblo y? reconocerse por las vestimentas. Dudó en la elección de éstas, más que por lo estético por la holgura o estrechez de las prendas; se resolvió por las de seda que se amoldaban mejor a sus dimensiones excesivas.

El encuentro se concretó pasadas las seis, sin cuestiones para identificarse. A esa hora el lugar estaba casi desierto y la obviedad del ropaje descartaba cualquier equivocación.

El convocado concurrió, según lo acordado, con una chaqueta clara que contrariamente a lo expuesto, sobresalía ampliamente de su físico esmirriado.

Un viejo tronco caído de ciprés les sirvió de apoyo y fue testigo del encuentro y de la definición.

La turbación que experimentaba Santa Claus fue diluyéndose a medida que surgían soluciones a los problemas planteados y la buena predisposición del visitante sumada a otros factores relevantes le permitió suponer que había elegido bien.

No les llevó mucho tiempo congeniar sobre las nuevas tácticas y casi llegada la noche los detalles menores estaban resueltos. Los renos, el asiento, el traje y hasta el respaldo ausente, todo iba a revertirse aunque fuera de manera pausada y esporádica.

Pero faltaba plantear lo primordial, lo que inquietaba su vigilia ? desde que las aldeas comenzaron a transformarse en pueblos y ciudades.

Fue entonces que, tomando la mano de su colaborador, le confesó tímidamente el? temor que lo acuciaba. Esperaba una respuesta afirmativa; de no ser así, cercano y doloroso sería su retiro.

Los copos espumosos y blancos comenzaron a amontonarse hasta casi cubrir el tronco y a ellos mismos. Los segundos se le hicieron eternos y un suspiro hondo evidenció su ansiedad.

De pronto, su expresión manifestó lo que esperaba; los ojos vidriosos y la sonrisa abierta mostraban a las claras la resolución del conflicto.

Daba por hecho entonces que seguiría rebasando su agenda y sus espacios con los collares del Pacífico, el marfil de África y las artesanías americanas. Que continuaría regocijándose con las miradas asombradas, las lágrimas nacientes y las manos temblorosas. Que su corazón latiría más de prisa cada año y que ya no? se desvelaría ante ? la difícil tarea de introducirse por las renovadas, angostas y para él inaccesibles chimeneas de las ciudades del mundo.

Apoyó su humanidad en el desvencijado asiento, azuzó a los renos y desanduvo el camino, con el corazón henchido y el alma desbordada en las vísperas de una nueva y radiante Navidad.

MAMA NOEL

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Alfonso at 4:37 pm on lunes, diciembre 28, 2009

Había pasado muchos años en la cárcel, intentó suicidarse en varias ocasiones y la muerte se rió de él, como aquella vez en que tirándose al metro éste pasó por el raíl de al lado o aquella otra en que compró una pistola con una sola bala a un ucraniano y ésta se encasquillo perdiendo el proyectil. Le enviaron al psiquiátrico y allí fue donde le conocí. Siempre que llega la Navidad me acuerdo de él.

-? ? ? ? ? ? ? Si Dios quiere que viva, algo bueno tiene que tener proyectado para mí, me decía.

Por aquel entonces yo era un aprendiz de psiquiatra joven y me encantaba hablar con mis pacientes con los que mantenía largas charlas.

Se pasaba horas a la puerta de mi despacho, esperando a que yo terminara. En ocasiones se enfadaba con los pacientes que tardaban demasiado, otras veces me seguía durante horas mientras hacía la visita por el hospital. Luego, cuando consideraba que ya debía haber acabado abría la puerta y entornándola ligeramente metía su cabecita y preguntaba

-? ? ? ? ? ? ? ¿Da usted su permiso?

Así sibilinamente se colaba en mi despacho donde teníamos conversaciones que duraban una eternidad.

-? ? ? ? ? ? ? He estado en la cárcel por haber matado a un hombre. Le perseguí durante años, mi vida no tenía otro sentido que encontrarle. Todavía tengo que matar al otro pero ya no me quedan ganas.

Cuando me lo contó me sorprendió pues no parecía ser capaz de algo así. Cecilio era bajito y redondo, de cabeza pequeña, nariz chata, labios carnosos y coloretes en las mejillas como un rubicundo lechoncete. Su hablar era lento y pausado, arrastrando las palabras y no era raro que te contara varias veces las mismas cosas.

-? ? ? ? ? ? ? Durante años intenté que mi madre dejara su adicción a la heroína pero me engañaba constantemente y solo lo conseguí a intervalos. De todas maneras seguí viviendo con ella protegiéndola y cuidándola. Un día como tantos otros tuve que salir y allí fue cuando me la hicieron. Dos “perros” la violaron y la dieron una paliza.

A veces al llegar a ciertos acontecimientos se emocionaba y secándose las lágrimas con un pañuelo me decía que era mejor dejarlo para otro día.

Al día siguiente volvía como siempre alegre y risueño, seductor y persuasivo.

-? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? He estado solo, muy solo. Mi madre nunca me vino a ver, nunca me visitó, ni una llamada, ni una carta, nada. Mi sueño era verla, besarla, llenarla de flores pero no pudo ser ni siquiera el día de su muerte. Un sacerdote me dio la noticia en la prisión y me puse tan agitado que no me dejaron salir a su funeral. Tantos días de espera para el funeral y el entierro me hicieron sospechar. Estoy seguro de que la mataron, no les interesaba que yo saliese. Primero me ofrecieron ir, luego que si todavía no, que si se retrasaba el entierro y finalmente no me dejaron ir. Nunca hicieron caso de mis advertencias. No investigaron. Solo mucho después pude visitar su tumba.

Se sacó del pecho una medalla de la virgen y añadió

-? ? ? ? ? ? ? Esto es lo único que conservo de ella.

Me la enseñó como si de un tesoro se tratase y después de dejarme verla durante un rato la volvió a guardar entre sus ropas y continuó hablando

-? ? ? ? ? ? ? Cuando el viejo consideraba que ya éramos mayores nos llevaba con él para que le ayudásemos a atender a las madres en la calle. La primera vez que fui y vi a mi madre en aquella carretera, se enfadó mucho y le dijo al abuelo que no me volviera a llevar. Yo no entendí nada, estaba contento con poder verla pero ella le amenazó con no pagarle. Me hice mayor al darme cuenta de que nada era lo que yo creía; mis abuelos no eran mis abuelos, mis hermanos no eran mis hermanos y aquello no era una familia. Un día me llamaron hijo de puta en el colegio y no quise volver. Me fui de casa del viejo porque me pegaba mucho, lo hacía con un látigo de piel de toro que tenía colgado en el salón y hacía mucho daño. Decidí ir a buscar a mi madre.

-? ? ? ? ? ? ? Durante mi infancia vivía en casa con mis abuelos y mis hermanos. Siempre había mucha gente, mucho bullicio. Mi madre y las madres de mis hermanos venían poco a vernos y solo se quedaban en Navidad. Aquella noche dormía con ella y entre sus brazos al calor de su cuerpo soñaba con estar con ella para siempre. A nosotros Papa Noel nos traía una madre, la mejor del mundo. No teníamos grandes comidas, ni regalos, ni adornos. Navidad era la llegada de nuestra mamá, todo un día y una noche con ella.

-? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? Los primeros años de mi vida fueron muy felices. Entonces no entendía muy bien lo que pasaba pero daba igual. De vez en cuando llegaban unas señoras muy cariñosas que lloriqueaban entre apretones, carantoñas y besos. Mi primer recuerdo es su sonrisa, yo siempre supe que ella era mi madre aunque nadie me lo dijo hasta mucho más tarde.

Todas las Navidades hacía dos cosas, llevaba flores a su madre al cementerio y venía a verme a mí. Le gustaba venir. Llamaba a mi despacho, entornaba la puerta y metía su cabecita

-? ? ? ? ? ? ? ¿Da usted su permiso?

Así sibilinamente se colaba en mi despacho y me contaba, todos los años, las Navidades con su madre, saludaba a los compañeros, se pavoneaba con cualquier hazaña o mentira y se volvía a marchar alegre y contento.

Navidad gris y navidad blanca.

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Carminacd at 12:44 pm on lunes, diciembre 28, 2009

En nuestra vida hemos pasado dos navidades que me quedaron grabadas. Antes de convertirme en prostituta barata, antes del éxodo, antes de la miseria emocional.

Yo estaba embarazada por tercera vez, mi hija mayor tenía diez años. Vivíamos en un país del sur del mundo, en una ciudad extremadamente cosmopolita en relación con la capacidad económica de la mayoría de sus habitantes, aunque eso significaba una gran ventaja para nosotros por la proliferación de sus medios de transporte y gran riqueza y calidad de sus servicios médicos. Los autobuses públicos circulaban asiduamente, podíamos acceder a uno de ellos cada cinco minutos y el costo del boleto era ínfimo.

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? En aquel momento pasábamos hambre, no teníamos dinero para comprarnos ropa ni darnos ningún gusto, ni viajar, la mayoría de las veces no pagábamos los impuestos; era otro tipo de miseria la que nos atosigaba, una miseria más honrosa que ésta. Recuerdo que yo usaba largas faldas y camisas de algodón con canesú cayendo como una lluvia holgada sobre la panza, de futura mamá; toda ropa cedida por familiares caritativos y por mi gentilísima comadre.

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Aquel año, mi nena, consumió completamente sus ahorros (digamos para actualizar la cifra, unos cuarenta euros) con el propósito de hacerle un regalo a cada miembro de la familia. Toda, toda: tíos, tías, primitos, abuelos; en total cuarenta personas, así que tenía un euro para dedicar a cada una de ellas.

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Recorrimos juntas negocitos de souvenirs, supermercados y shoping, lugares que pudieran satisfacer su necesidad. Me torna a la memoria uno en particular donde conseguimos ensaladeras de plástico para sus tías abuelas, las hermanas de mis padres y de mis suegros. ¿Qué otras cosas regaló?: repasadores, paneras, fruteras, pañuelitos, a las mujeres; muñequitas a las nenas y autitos a los primos varones; no recuerdo bien qué les obsequió a los hombres, quizá llaveros y sacacorchos o linternas.

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Una vez completada su lista de personas, adquiridos los correspondientes regalos y terminado el dinero disponible, habiendo comprado todo sin envoltura; surgió el problema de cómo y con qué empaquetar cuarenta objetos de la mayor diversidad de tamaños, colores y formas que nosotras jamás habíamos adquirido ni recibido.

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Para solucionar el pequeño obstáculo resolvimos envolverlos con papel de periódicos. Pedimos diarios viejos a los vecinos, en la panadería y a los abuelos. Algunas hojas tuvimos que unirlas entre sí con engrudo que es un pegamento casero y económico hecho con harina y agua, para poder cubrir la grandeza del futuro agasajo. También pegamos sobre las letras grises flores de papeles de colores arrugados que guardaba yo con atención luego de haber desenvuelto cada presente recibido con anterioridad a las fiestas navideñas durante los cumpleaños y el día del niño.

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No fue difícil esconder a los ojos indiscretos de los demás tal cantidad de donativos ya que a casa no es que viniera mucha gente.

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El día de Navidad el entusiasmo de mi nena era inmenso, disfrutaba más pensando en cuánto podía hacer feliz a cada integrante de la familia cuando viera que recibía un regalo también de parte de ella que esperando o imaginando qué cosa percibiría ella misma. Aquel año, ella fue más feliz donando a los demás parte de su tiempo, empeño y todo su dinero que haciendo su lista de regalos preferidos para el 25 de diciembre.

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A las doce de la noche, debajo del árbol no cabía todo aquel bagaje de humildes y muy sentidas gratificaciones, así que el suelo completo del living de la casa de los abuelos maternos donde la gran familia se había reunido para festejar el nacimiento del niño Jesús estaba cubierto de regalos. Cada paquete llevaba escrito el nombre de su destinatario. Era una fiesta en sí misma ver a mi nena caminar entre los paquetes buscando, leyendo los nombres y entregando en manos ansiosas su dono. Luego el sonido de los papeles al abrirse, romperse, arrugarse y por último caer al piso donde formaron una alfombra crujiente debajo de los pies. Todos sonreían, comentaban y agradecían, ella estaba muy satisfecha de su obra.

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Y esa fue nuestra Navidad gris, barnizada con la tinta de los papeles de periódicos viejos.

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La segunda que me quedó grabada en los recuerdos es, en realidad, la primera que pasamos en el exilio.

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Uno de los más grandes cambios que vivimos fue el del clima. Nuestra ciudad natal era cálida y húmeda, ubicada en el centro de nuestro largo y vasto país, a la orilla de un rio marrón ancho como el mar.

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La zona a la que fuimos a vivir en el exterior era seca en verano; fría, lluviosa en otoño y nevada en invierno. En verdad, el otoño y la primavera compartían un único clima, no se comprendía jamás cuál de las dos estaciones estabas viviendo salvo por las lluvias otoñales y las flores primaverales.

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Nos impactaba también el haber pasado todas nuestras navidades en verano y cambiar a temperaturas bajo cero y lluvias convertidas en nevadas.

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Esa Navidad en particular fuimos a la montaña, a un hotel humilde, pero donde no nos faltaba nada. Teníamos la calefacción siempre encendida, aunque no estuviéramos en la habitación, el desayuno internacional y abundante; internacional porque en la zona donde estábamos venían muchos turistas austríacos y alemanes a pasar las fiestas. Tanto era así que la misa se ofrecía en los dos idiomas, el local y el alemán.

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Cuando salíamos nos abrigábamos muy bien, nuestros hijos ya tenían sus trajes para esquiar y las botas para caminar sobre la nieve y el hielo sin resbalar, nosotros nos poníamos sólo las botas; eso sí: guantes, bufandas de dos metros de largo, gorros de lana, aparte de las camperas rellenas de plumas de ganso.

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En la plaza principal se erguía el mercado natalicio, carpas blancas que ofrecían a los transeúntes sus productos tejidos, comestibles, de cuero y el vino tinto caliente para combatir el frío. Del campanario de la iglesia surgía un concierto natalicio en vivo, la banda se encontraba allí y desde esa altura se esparcía la bellísima música por todo el pueblito. Compramos garrapiñada de maní, guantes de lana y una bufanda para regalar.

?

A las ocho de la noche comenzó a nevar, no era la primera vez que veíamos la nieve, pero en el marco montañoso, entre los pinos y las casas de madera con techos a dos o cuatro aguas, entre las luces blancas natalicias con formas de estrellas y muérdago y los mensajes de felicidades en las vidrieras; con la música cayendo desde el pico máximo de la iglesia, esa nevada era maravillosamente especial.

?

Y esa fue nuestra Navidad blanca, la nieve cayendo dulcemente sobre la cabeza de mi esposo y de mis hijos hubiera querido yo que sirviera para purificar mis propios actos, para lograr que las consecuencias de mis perversiones no los manchara ni los condenara indirectamente por mi culpa.

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?

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Del reencuentro con la Navidad

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — carla at 8:18 pm on domingo, diciembre 27, 2009

Uno. La caída del primer copo de nieve pilló a casi todo el mundo por sorpresa. A Lucía Gómez no. Lo había deseado con tanta fuerza que fue la confirmación de un hecho: las Navidades volverían a ser especiales. Desde que llegó a Londres hacía dos inviernos procedente de España no había disfrutado de ver caer la nieve. El inicio de la lluvia blanca le encontraba siempre trabajando entre expedientes y papeles.

El espléndido ventanal de la Sala de Juntas mostraba la más bella estampa que había podido admirar desde su llegada haciéndose aún más hermosa cuando Sergio asomó su mirada gris verdosa. Sus ojos eran increíbles pero carecían de toda expresión. Hacía tres años que se apagaron, según se comentaba, cuando su mujer falleció en un hospital una primavera sin avisar y sin que ni su corazón ni sus ojos pudieran acostumbrarse. Cambió de trabajo, de ciudad y de país para poder pasear a gusto su tristeza, se decía a sí mismo. Deseaba salir adelante, ir más allá de fusiones de empresas, pero todavía no se sentía preparado. Observaba con disimulo a su compatriota Lucía y hubiera querido acercarse a ella, saber por qué se mostraba a veces melancólica y triste. Cuando se miraban parecían comprenderse y resultaba una sensación muy agradable.

Era 24 de diciembre. La imagen de la calle era una auténtica postal de Navidad. El personal de Hopper & Finch había brindado por las fiestas y se disponía a salir en tromba para cenar con sus seres queridos.

Sergio pensaba devorar lo último de Dan Brown mientras degustaba un bocadillo sin ningún tipo de remordimientos. Lucía estaba deseando llegar a casa para enfrascarse en una maratón de cine de romanos: Ben-Hur, Espartaco, …como había hecho toda la vida con su hermana.

Lucía y Sergio se cruzaron por el pasillo mientras se dirigían al ascensor, sin prisas, dejando al resto en la carrera de los últimos preparativos. Se sonrieron de modo espontáneo. De pronto, él sintió algo que no había experimentado desde hacía mucho tiempo: curiosidad. ¿Qué planes tendría? ¿Con quién pasaría aquella noche? Iba tan guapa como siempre, pero no especialmente arreglada para una fiesta o un encuentro con unos amigos. Finalmente, decidió concentrarse en no parecer un tipo borde o raro ante sus ojos.

-¿Qué tal, Lucía?

– Bien. Vaya día, ¿eh? Es genial.

– ¿La Nochebuena?

– No, no. La nieve- dijo mientras recorría algo aturdida la cara de él. Sus rasgos eran muy marcados. Disfrutó de la visión de su cara en conjunto: el pelo rubio tan corto que la resultaba tan atractivo y el cuello que se adivinaba tan fuerte.

– Sí, bueno, es muy navideño.- Y él sonrió mientras comprobaba de cerca el aroma tan cautivador que ya había notado en otras ocasiones así como la boca tan graciosa impregnada de gloss que le atraía aunque se negaba a reconocerlo. -¿Te vienen a visitar de España?- preguntó a Lucía evitando la tentación.

-Oh, no. Yo …- La puerta del ascensor se abrió y entró una horda de trabajadores de Machine, una empresa de programadores que parecían más animados que de costumbre y que los dividió en el cubículo haciendo la conversación imposible.

Las fuerzas que Sergio había reunido para conectar con ella se esfumaron entre las llamadas de los móviles que se multiplicaban en la bajada del piso catorce a la planta donde se encontraba la salida. Explicaciones y preocupaciones por otros. “Dan Brown. Eso sí que me satisface.”- se autoconvenció.

El piso cero, se había convertido en aquellos días en un vivero de abetos, por el número de ellos que convivían en el hall y en el exterior del edificio. Lucía y Sergio se dejaron arrastrar y con un “Que pases buena noche” y “Feliz Navidad” en español, finalizó su aproximación.

Lucía intentó recomponerse tras su pequeña charla pues su paisano tenía el poder de alterarla con facilidad. A pesar de que no hablaban demasiado el contacto visual cada vez era mayor y más confuso. Sergio abandonó el edificio y recibió el golpe de frío. Todo estaba blanco. Se detuvo para ponerse los guantes. Cuando quiso apartarse era tarde. El abeto corporativo de Hopper & Finch aterrizaba sobre él sin previo aviso. Quizá la fuerte nevada o la mala instalación provocaron el accidente que le dejó tumbado con una pierna aplastada bajo bolas y espumillón de tamaño considerable. Los curiosos se arremolinaron? pero nadie tocó nada por si acaso. Sergio era corpulento así que lo de moverle parecía no ser una buena idea y la pierna estaba cubierta por el árbol. Sentía dolor pero estaba tan perplejo que se dejaría hacer.

Su jefe en Hopper & Finch salió de entre el grupo de mirones y le indicó que no se preocupara porque la ambulancia acudiría junto a los bomberos. Cuando Lucía salió y se asomó expectante al corrillo de gente, el panorama le pareció sacado de una mala película navideña: chico guapo aplastado por un enorme abeto de empresa. Se hizo un hueco entre la gente.

-Sergio, ¿estás bien?- le preguntó en español.

-Pues ya ves. Creo que demandaré a Santa Claus- sonrió forzado y no había acabado de contestarla cuando tres operarios de emergencias levantaron el pesado árbol y le examinaron entre la muchedumbre, Lucía y el jefe de ambos. Se decidió su traslado al cercano Heathrow Hospital.

-Lucía, me gustaría ir a mí en persona acompañando a Sergio, pero en un día como hoy me resulta imposible –dijo su jefe mostrando su vena más inglesa y firme. – ¿Sería tan amable de hacer patria y acompañarle? –pronunció con tono de imposición.

Sergio montado en la ambulancia se preguntaba por qué no partían hacia el hospital, cuando Lucía azorada se subió con él.

-? ? ? ? ? ? Pero …- tuvo que admitir ? el herido perplejo por segunda vez en el día de Nochebuena.

Dos. El módulo de urgencias del Heathrow Hospital se encontraba excesivamente decorado para alguien atacado por un adorno navideño.

-¿Qué pasa hoy en esta maldita ciudad?- Se quejó Sergio mientras le montaban en una silla de ruedas y aguantaba con paciencia las risitas ahogadas de los del turno de urgencias cuando comentaban su caso.

– Es Navidad, Sergio.

-Ya, ya y me ha caído encima el peso del espíritu navideño – señaló enfurruñado.

Se miraron y comenzaron a reírse a carcajadas. Ninguno de los dos recordaba haberse reído tanto en mucho tiempo. Tuvieron que esperar un rato y descubrieron sorprendidos que debían ser los únicos en aquella ciudad iluminada que pasarían la noche solos y ajenos a su significado.

Atendieron a Sergio y media hora después iba escayolado y manejaba una muleta con cierta destreza ya que sus años en el equipo de rugby de la Facultad de Derecho le habían entrenado.

-? ? ? ? ? ? Acabo de rellenar estos formularios y nos vamos.- Le dijo a Lucía volviendo a sorprenderse de utilizar por unos instantes el casi olvidado plural.

-? ? ? ? ? ? Tranquilo, tengo programado el horno para que caliente el pavo dentro de dos horas. Hay tiempo.

La puerta de urgencias se abrió y como en un desembarco, varias ambulancias descargaron en medio de la sala de admisiones. Lucía y Sergio se apartaron sin poder despegar los ojos del grupo de camillas que habían irrumpido de pronto. Sólo se oía la clave “Choque múltiple” en boca de unos y de otros. La confusión era tal que ambos se ofrecieron para ayudar. Los servicios del Hospital no parecían ser suficientes. Aunque los protocolos desde el triste 7-J se habían mejorado, los veinte vehículos involucrados en el accidente y en un día tan señalado hacían todo más complicado.

Una hora después una pequeña representación de Hopper & Finch tomaba los datos de los que podían responder por sí mismos y tres horas más tarde eran recompensados con un caldo caliente y los más sinceros agradecimientos del personal del Hospital.

-Hola, chicos. Muchas gracias – saludó alguien en perfecto español.

– No hay de qué- respondieron casi al unísono.

– Soy Elvira del Valle, la Jefa de Enfermeras. Agradezco de todo corazón vuestra ayuda. Os hemos fastidiado la tarde. Lo siento. – y ambos se miraron.

– En realidad no teníamos planes. Además era nuestro deber.

Se despidieron al estilo hispano con dos sonoros besos y se disponían a salir cuando la Jefa de las Enfermeras les detuvo para proponerles algo que hacer en aquella noche tan especial que incluía una cena en buena compañía.

Tres. Las ventanas del pabellón infantil del Heathrow Hospital recogían en nieve artificial todo tipo de mensajes y símbolos navideños: muñecos de nieve, deseos de paz, felicidad, … Elvira les guió por el laberinto de pasillos y en poco tiempo eran presentados como los animadores que compartirían la Nochebuena con Anna, Nora, Tyron y Mathew, niños de entre 6 y 8 años que estaban ingresados por diversas enfermedades. Como los sanitarios estaban tan ocupados resultaba imposible que? pudiesen acudir a su cita con los niños, así que habían improvisado lo de los animadores. Los niños aquella noche tenían que disfrutar, no asistir a nuevas desgracias e incluso revivirlas.

Cuando se quedaron solos el interrogatorio no se hizo esperar: ¿Sois españoles? ¿Sois novios? ¿En qué trabajáis? Siendo abogados, ¿habéis metido a algún asesino peligroso? en la cárcel?

Mientras Tyron, el guapo niño negro que les observaba callado les espetó:

-? ? ? ? ? ? ¿Y no teníais con quien celebrar las fiestas, ¿no? Las Navidades son un asco, ¿ves Nora?- dijo dirigiéndose a la niña de ojos azules y pelo rubio recogido en una coleta.

El comentario produjo el silencio entre ellos.

– Nosotros tenemos padres ricos y no tienen tiempo para venir a vernos, ¿sabéis?- anunció resignada la otra niña pelirroja.

– Pero mañana vendrán con muchos regalos- señaló la risueña Nora.

-Pues que te traigan un riñón- le gritó Tyron a Nora, provocando que enmudeciera de nuevo.

– Oye, niño. Nada te da derecho a decir esas cosas. Habría que pedir para ti un corazón – le reprendió Lucía mientras sacaba a Nora y a Anna del comedor que empezaba a quedarse vacío.

Los tres contemplaron cómo las chicas salían.

– Tyron, debes ser más educado. Además es tu amiga. Tienes mucha suerte de tener amigos- dijo Sergio desde lo más profundo de su corazón. Tener amigos era de las cosas más importantes que existía en la vida. Él lo sabía.

Tyron hizo un aspaviento para demostrar su desacuerdo. Entonces, Mathew que había estado en silencio sentenció:

-? ? ? ? ? ? Tyron, ¿quién organizó tu fiesta de cumpleaños? ¿Quién te hizo aquel póster de hojas de otoño tan feo?¿Quién fue la única que no se rió de ti cuando te raparon la cabeza? Nora, Tyron, fue Nora.

Sergio miró a los dos niños que aprendían lecciones de la vida entre cuatro paredes asépticas con el único apoyo de unos hacia otros. ? Dejaron atrás la cena de Nochebuena y buscaron a las chicas, pero no había ni rastro. De la oscuridad al final del pasillo del pabellón infantil, Anna y Lucía salieron a su encuentro. Parecían inquietas.

-Tyron, se han llevado a Nora.

– ¿Cómo? ¿Qué ha pasado?

– Del choque múltiple ha salido un donante para ella- anunció Lucía desencajada. – Es muy peligroso- susurró a Sergio que también estaba preocupado.

– Quiero verla. Quiero verla- repetía Tyron al borde del llanto.

En carrera fueron a buscar a la Jefa de Enfermeras para pedir que se vieran. Costó convencerla pero dado que sus padres tardarían en llegar debido al temporal, podrían acompañarla en esos momentos previos a la crítica operación.

A pesar de contar con tan solo siete años, la serenidad de Nora impresionaba. Llevaba tanto tiempo esperando que lo tenía asumido. Cuando les vio sonrió sin un rastro de rencor y se lanzó a contar la aventura a la que se enfrentaba. Sergio y Lucía callaban emocionados por la entereza de los niños. Se despidieron y Nora dio un beso a Tyron dejándole en paz. Un “Pídeselo a Santa” fue lo último que Nora dijo a Tyron. Él sonrió y asintió firme.

Cuatro. La noche se hacía larga. Sergio se quedó con los chicos y Lucía con Anna. En un momento de la noche, las chicas recibieron la visita de dos niños y un adulto que había recuperado el brillo de su mirada, sacándolas en procesión y a oscuras hacia la ventana más grande del hospital.

Vieron caer la nieve y decidieron uno a uno pedir a Santa Claus sus deseos. Tyron no pidió nada para él, rogó porque Nora saliera bien de la operación. Lucía y Sergio se echaron una mirada prometedora llena de intimidad y en la penumbra se tomaron de la mano. Ambos recordaron a su mujer y su hermana fallecidas que les habían atado sin querer ? a la pena y poco a poco dejaron que se fueran.

Vétera

Filed under: Relato - Segundo ejercicio — Quioreng at 4:41 pm on domingo, diciembre 27, 2009

Os voy a contar la historia de un país llamado Vétera, en el que todos sus habitantes vivían en plena armonía, era un lugar que había sido tocado por los Dioses con la bondad, el amor, el respeto y la abundancia. Todos tenían justo lo que necesitaban y no conocían la tristeza. Las leyes de Vétera eran dictadas por su presidente Nicolas Perellón que era un hombre muy justo con un gran equipo de consejeros, aunque el mejor de todos ellos, era su mujer Adaliz, que tenía la gran virtud de saber como ponerse en el lugar del otro. Adaliz era una mujer muy hermosa, tanto podría venir de un mundo de hadas, tenía una belleza etérea, y al contemplarla era como ver un día soleado después de un largo invierno, su piel era tan fina y tan blanca como el nácar. Su pelo azul, largo y abundante brillaba con reflejos plateados. No creo que se haya conocido un amor tan puro y generoso como el que sentía Nicolás por su mujer. Nicolás y Adaliz vivían en una gran casa con su hija, María, una niña muy bonita rubia como el sol y objeto de todas las atenciones del feliz matrimonio. Pasaron los años y en Vétera seguía siendo todo felicidad, pero un invierno, Adaliz contrajo una rara enfermedad que la fue consumiendo poco a poco hasta morir en los brazos de Nicolás. Una gran tristeza invadió a Nicolás, se le petrificó el corazón, causándole un gran dolor, un dolor que podía verse a través de sus ojos. Había perdido la ilusión por la vida. Se encerró en su casa sin querer ver ni tan siquiera a María. La tristeza del presidente se expandió por todo el país, y con ella, un profundo miedo a sentir amor y poco a poco los corazones de todos los habitantes de Vétera se convirtieron en piedra

EL AMANTE INFINITO:EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR.

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — NADDIA at 12:04 am on jueves, diciembre 24, 2009
  • ¿Dónde tiene lugar la acción de la novela?

Se trata de un pueblo gallego de nombre ficticio Valiseis

  • ¿Cómo trataremos los lugares donde se desarrolla la acción, de forma objetiva o de forma subjetiva?

Objetiva porque la describe un narrador, pero como el narrador también describe los sentimientos interiores de cada personaje, plasmará su visión subjetiva.

  • Si es de forma subjetiva, ¿desde el punto de vista de quién se describirá el espacio de la primera escena? ¿de un personaje, del narrador…?

Como decía en la pregunta anterior el narrador se va introduciendo en la mente de cada personaje.

  • ¿Se tratará de un lugar determinado (por ejemplo, Santiago o Madrid) o indeterminado (por ejemplo, la playa o el desierto)? ¿O se tratará de un lugar determinado, pero ficticio? (Por ejemplo, la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, ocurre en un pueblo ficticio llamado Macondo.)

Lugar determinado pero ficticio: Valiseis y espacios concretos y reales Madrid, Toledo, Barcelona, Ávila…

  • ¿Cómo caracterizaremos el espacio físico del principio de nuestra novela: directamente con las descripciones del narrador, a través de los diálogos de los personajes, extrayéndolo de la misma narración a través de detalles… ?

A través de los diálogos de los personajes y de los relatos del narrador.

EL TIEMPO: EL AMANTE INFINITO

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — NADDIA at 4:58 pm on martes, diciembre 22, 2009
  • 1. ¿En cuántos años, meses, días u horas sucederá la historia?

La acción comienza en los años setenta y se prolonga unos cuantos años, posiblemente hasta hoy.

  • 2. ¿En qué período de la historia ocurrirá?

De la España de los años setenta hasta ahora.

  • 3. ¿Cómo se indicará el paso del tiempo?

El paso del tiempo se irá viendo por las circunstancias que van ocurriendo a los personajes y las circunstancias históricas que se vivan. La historia será contada a través de un narrador.

  • 4. ¿Habrá grandes saltos temporales?? ? ? ? ? ? ? ?
  • ? Si es así, ¿cómo se mostrarán estos saltos?

No habrá saltos temporales, la historia evoluciona desde que se desencadenan los hechos hasta hoy. Sólo las ensoñaciones de los personajes pueden permitirse saltos atemporales.

El sonido del silencio

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Indalo at 12:25 am on martes, diciembre 22, 2009

Narrador objetivo, omnisciente y en tercera persona.

El sonido del silencio

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Indalo at 12:23 am on martes, diciembre 22, 2009

1) La historia se desarrolla entre una ciudad y un pueblo.

2) Los lugares los tratarán los personajes; de manera subjetiva, claro.

3) Desde el punto de vista del protagonista.

4) Un pueblo ficticio y una ciudad cualquiera sin nombre (la llamo «ciudad»).

5) Con los pensamientos del protagonista y con algo por parte del narrador.

Preconcebida – Narrador

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Quioreng at 11:45 pm on lunes, diciembre 21, 2009

El protagonista narrará la historia pero se mezclarán los narradores en algunos capitulos. Habrá un narrador en 3ª persona y es posible que haya un tercer narrador aunque está por determinar.

Espacio físico . Preconcebida

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Quioreng at 8:36 pm on lunes, diciembre 21, 2009

La acción se desarrolla en una ciudad cosmopolita en la que la gente es anonima. Trataremos los lugares donde se desarrolla la acción Intercambiando la manera ? Subjetiva y objetiva porque los narradores se intercambian. No va a narrar la historia sólo un personaje.? ? Habrá un? narrador objetivo y? la protagonista, alternando. Está por determinar si también narra otra persona en algunos momentos.? Se desarrollará en Madrid. Caracterizaremos el espacio físico del principio de nuestra novela? Con las descripciones del narrador y a través de detalles de la narración.

ADOM

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Alicia at 10:03 pm on domingo, diciembre 20, 2009

?

– El narrador será objetivo y omnisciente y como tal nos ubicará no sólo en? ? ? los espacios físicos y humanos sino también en los pensamientos y emociones del protagonista y de los personajes secundarios.

ADOM

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Alicia at 10:02 pm on domingo, diciembre 20, 2009

TERCER EJERCICIO DE NOVELA: EL ESPACIO Y EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR

?

?

– La acción de la novela transcurre en Kenia, país del África Oriental azotado por feroces sequías que profundizan la pobreza imperante.

– Se tratará de forma objetiva.

– Los acontecimientos se suceden originalmente en una pequeña aldea ubicada en el trayecto de la línea férrea Nairobi-Mombasa y posteriormente en diferentes lugares del país.

– Los distintos paisajes y contextos serán descritos por el narrador y en algunos casos los datos surgirán en los diálogos de los personajes.

El punto de vista del narrador «Dos corazones»

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Carminacd at 7:41 pm on domingo, diciembre 20, 2009

Narrador omnisciente en tercera persona, combinado con monólogo interior en situaciones particulares: cuando Domenico llega a Pueblo Pacífico y cuando María se escapa para liberarse de su sumisión.

El espacio de la narracción «Dos corazones»

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Carminacd at 7:39 pm on domingo, diciembre 20, 2009
  • ¿Dónde tiene lugar la acción de la novela? Reggio Calabria- Mar Mediterráneo, Océano Atlántico- Buenos Aires- Pueblo Pacífico.
  • ¿Cómo trataremos los lugares donde se desarrolla la acción, de forma objetiva o de forma subjetiva? Los trataremos de forma objetiva cuando describa el narrador y de forma subjetiva cuando se use la perspectiva de un personaje desde sus recuerdos en cuanto a Italia y el viaje y desde su forma de ver la realidad cuando describa su lugar de residencia.
  • Si es de forma subjetiva, ¿desde el punto de vista de quién se describirá el espacio de la primera escena? ¿de un personaje, del narrador…? El espacio de la primera escena desde el punto de vista de uno de los personajes, de Domenico.
  • ¿Se tratará de un lugar determinado (por ejemplo, Santiago o Madrid) o indeterminado (por ejemplo, la playa o el desierto)? ¿O se tratará de un lugar determinado, pero ficticio? (Por ejemplo, la novela Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, ocurre en un pueblo ficticio llamado Macondo.) Se tratará de un espacio físico determinado, un pueblo campesino de la ciudad de Santa fe, con nombre ficticio: Pueblo pacífico.
  • ¿Cómo caracterizaremos el espacio físico del principio de nuestra novela: directamente con las descripciones del narrador, a través de los diálogos de los personajes, extrayéndolo de la misma narración a través de detalles… ? Lo caracterizaremos desde el monólogo interior indirecto de uno de los personajes.

¿Quien es Sofía?

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Corina Harry at 2:26 pm on viernes, diciembre 18, 2009

La obra transcurre en un pueblo de Italia meridional, en un barco, en la Ciudad de Buenos Aires y en un pueblo en el interior de la Provincia de Buenos Aires,? República Argentina.

Los lugares son tratados subjetivamente desde el punto de vista de la protagonista de la novela.

Los lugares son reales.

Los espacios físicos se caracterizarán a través de las descripciones del narrador.?

La obra transcurre en un pueblo de Italia meridional, en un barco, en la Ciudad de Buenos Aires y en un pueblo en el interior de la Provincia de Buenos Aires,? República Argentina.

Los lugares son tratados subjetivamente desde el punto de vista de la protagonista de la novela.

Los lugares son reales.

Los espacios físicos se caracterizarán a través de las descripciones del narrador.

El sonido del silencio

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Indalo at 4:51 pm on miércoles, diciembre 16, 2009

El grueso de la historia sucederá en unos dos meses.

Estos dos meses transcurrirán en el año 2000.

El paso del tiempo se irá mencionando dinamicamente, a la vez que iré alternando dos ambientes.

Existirán saltos al pasado mediante recuerdos y lecturas de un diario.

Novela El Pergamino. El Punto de vista

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Esther at 10:21 am on miércoles, diciembre 16, 2009

Narrador en 3ª persona, lleva el punto de vista objetivo de la historia, la parte narrativa de sucesos que acontecen en ella.
En 1ª persona: Los personajes y las acciones de los mismos que hacen avanzar o retroceder la historia. El punto de vista está determinado en el personaje que cambia con las acciones durante el relato.

El espacio físico en el que se desarrollará El Pergamino

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Esther at 9:43 am on miércoles, diciembre 16, 2009

? El Pergámino.
¿Dónde se desarrolla la acción de la novela?´

Espacio físico en el que se desarrollará
• El Presente de forma objetiva: descrito por la acción de los personajes
Espacios urbanos: En una ciudad sin identificar (aún)
Lugares físicos: universidad, biblioteca, casas, centros de reunión etc.
El Pasado de forma subjetiva. Desde el punto de vista de los personajes a quién afecta la acción ( Sin determinar el lugar, momentos de la historia pasada que afecte al personaje)
El Futuro de forma subjetiva. Desde el punto de vista de los personajes a quién afecta la acción ( Sin determinar el lugar, momentos de la historia en un futuro irreal, que afecte al personaje)

MEMORIA DIFUSA

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — Alfonso at 9:13 pm on martes, diciembre 15, 2009

1.- Narrador protagonista subjetivo en primera persona en los saltos temporales. El protagonista cuenta en primera persona las cosas que le pasaron durante su infancia. Sus recuerdos, sus sensaciones, sus experiencias contadas por el? mismo.

? Narrador omnisciente en el transcurso de la novela en la actualidad. Sus reencuentros contados por el narrador.

? El protagonista cuenta en primera persona su infancia y a partir de ahí se va separando del narrador como si los sucesos verdaderamente suyos estuviesen en esa infancia que luego trata de reencontrar sin éxito desde la distancia del narrador.

MEMORIA DIFUSA

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — Alfonso at 9:11 pm on martes, diciembre 15, 2009

1.- La acción tiene lugar en la ciudad natal del protagonista. Lugares y personas conocidas de dos maneras, en la actualidad y en su infancia.

? 2.- De las dos maneras. Objetiva en el transcurso de la novela. Subjetiva en los saltos temporales hacia atrás, en los recuerdos, en los sueños.

? 3.- La primera escena se describe desde el punto de vista del personaje principal porque es un sueño.

? 4.- Es un lugar determinado y real, Santander (España). En sus calles, en su bahía, en su gente.

? 5.- Con las descripciones del narrador y los detalles de la narración.

Amor de doble filo

Filed under: Relato - Primer ejercicio — Melquiades at 12:19 am on martes, diciembre 15, 2009

La similitud entre el rostro de Anna y la figura formada por el humo de la última bocanada de aquél cigarrillo húmedo llamó la atención de Marco por unos instantes, hasta que la helada brisa marina desdibujó la aparición y desvaneció los pensamientos. Era hora de emprender el regreso y el empedrado de las cincuenta cuadras que debía recorrer hasta la estación de ferrocarril, prometía dolores para la mañana siguiente. El desvencijado taxi que abordó no auguraba un viaje menos trajinado que el que podía deparar la caminata, pero la repentina idea de sorprender a su amada Anna al llegar anticipadamente, le proporcionó el valor necesario para la travesía que finalizó en el barrio de la colina. Allí eligió la mejor botella de malbec que había a la venta en “La boutique del vino”. Ya estaba relativamente cerca y prefirió caminar el último tramo, entreteniéndose en pensar cuanto reiría Anna al oír el nombre de aquél pretensioso local de venta de vino. En su paseo por la calle del muelle había meditado sobre su vida, que se dividía en antes y después de Anna y había tomado la decisión de demostrarle cuanto la amaba y durante cuanto tiempo había soñado con una compañera como ella. Sabía que no lo había hecho hasta entonces y por ello Anna le había hecho notar su poco compromiso con la relación en varias oportunidades. Poco antes de llegar al portal del edificio, cuando terminaba de dar los últimos pasos sobre el césped de la plaza, Marco vio como Anna se alejaba en el mismo taxi que unos minutos antes lo había sacado a él del húmedo ambiente del muelle y corrió desconsolado hasta su apartamento con la esperanza de encontrar indicios del pronto regreso de aquélla mujer que lo había rescatado de su solitaria existencia y, por primera vez, lo había hecho sentir parte de una familia. Al llegar, con una mezcla de sorpresa, desencanto y resignación, halló sobre la mesa de la cocina una nota escrita en una hoja descuidadamente arrancada de un viejo libro de Hermann Hesse. La carta, escrita de puño y letra por Anna, era una cruel despedida. Había sido redactada desde las entrañas, sin el mínimo cuidado en que no fuera a resultar hiriente. Más bien, todo lo contrario. Le reprochaba su lejanía, su carácter parco, sus largas caminatas nocturnas, sus incomprensibles e infinitas discusiones, sus hábitos de animal solitario y taciturno. Con la carta fuertemente apretada en su mano izquierda, intentando aprovechar la tenue y mortecina luz de una lámpara -último indicio de la presencia de Anna en ese lugar alguna vez-, se sentó en el borde de la cama, releyendo una y otra vez el manuscrito mientras bebía de la botella el malbec de la boutique. No llegaba a comprender lo que sentía. Siempre había sido un hombre independiente, sin apegos emocionales, sin preocupaciones por los demás y tampoco por sí mismo, casi un ermitaño. Algo así como un experto en vivir sin sentir. Quien no lo conociera podría pensar que nunca fue feliz antes de conocer a Anna, pero se equivocaría. Su estilo de vida nunca le había molestado, ni siquiera había llegado a impacientarlo. Sin embargo, al verse despojado del único sentimiento sincero que había provocado en otra persona, sabía que no podría soportar volver a aquella vida vacía de afectos, huérfana de cariño. No podría regresar cada noche a su apartamento habitado de sombras y nostalgia. En medio de la turbación se soñó a si mismo balanceándose en un columpio colgado sobre un profundo hoyo, cuya culminación podía imaginarse como un filoso piso de roca y, al estremecerse de miedo, se sintió un gallina. Resulta extraño, pero a pesar del carácter y el comportamiento habitual de Marco, nadie pudo pronosticar que tres días después de la partida de Anna, Deolinda entraría a la habitación empujando la puerta entreabierta y que, en vez de cambiar la ropa de cama como lo hubiera hecho habitualmente, encontraría a Marco tendido boca arriba sobre el lecho, con sus pies todavía apoyados en el suelo y que tendría que hacer un gran esfuerzo para diferenciar las manchas rojas del vino derramado sobre las sábanas, de los granates lamparones de sangre que resultaron consecuencia del certero disparo que Marco se había infligido con un viejo revólver, desgraciado souvenir de una noche de corridas por el puerto, donde lo ocultó entre sus ropas por pedido de un matón que escapaba de la policía después de haber provocado todo tipo de disturbios durante las votaciones para elegir el delegado gremial de los trabajadores portuarios. Deolinda, absorta ante lo que tenía a su vista, solo atino a pensar en lo peligroso que puede llegar a ser para un empedernido solitario encontrar el amor y en que la buena compañía puede ser un arma de doble filo en las manos equivocadas.

El Pergámino

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Esther at 7:37 am on lunes, diciembre 14, 2009

Tiempo: La historia se desarrollara en el momento actual, los personajes, unos estudiantes de periodismo, inmersos en las nuevas tecnologías de Internet.
En el tiempo narrativo: Habrá grandes saltos temporales en otros momentos de la narración se remitirán al pasado, para provocar el futuro que pretenden manipular.

El olvido y el reencuentro permanente

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — MiguelR at 12:27 am on lunes, diciembre 14, 2009

El punto de vista del narrador es el de observador, y en el caso de ideas y sueños, el monologo

El olvido y el reencuentro permanente

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — MiguelR at 12:20 am on lunes, diciembre 14, 2009

El espacio físico son espacios urbanos, su negocio, una ferretería en un barrio, intermedio entre centro y suburbios. La novela transcurre en estos espacios y por las noches en su casa. La forma de tratarlos es absolutamente subjetiva, tratando de expresar con los mismos espacios los sentimientos del personaje. Los espacios serán urbanos, sin demasiada definición, con nombres latinos de calles y lugares. No se caracterizara por diálogos, si no por ideas y pensamientos del personaje.

El punto de vista del narrador

Filed under: Novela: El punto de vista del narrador — carla at 9:50 pm on domingo, diciembre 13, 2009

El narrador lo conocerá todo: los sentimientos, las sensaciones que las situaciones provocan en los personajes e incluso informaciones que ellos desconocían. Será capaz el narrador de adelantarse a las acciones de los personajes pues sabe todo lo que pasa por su mente ? y aportará datos del pasado que el lector debe conocer. Los diálogos de los personajes ayudan a desarrollar la historia por lo que resultan igual de importantes y necesarias. La descripción de los lugares donde se desarrollen las acciones cobran protagonismo junto a los sentimientos al principio de la novela mientras hacia la mitad la exposición de los sentimientos será lo que prime.

El espacio de la narración

Filed under: Novela: El espacio de la narracción — carla at 9:40 pm on domingo, diciembre 13, 2009

1. Madrid, será el escenario principal con sus calles, días de sol estupendos y días lluviosos melancólicos pero Barcelona también aparecerá como ciudad en la que se desencadenará el amor entre los protagonistas, a lo largo de su Puerto y en sus restaurantes.

2. Se tratarán los lugares de forma objetiva aunque los personajes meterán sus puntos de vista en los diálogos.

3. Se desarrolla, como ya expuse, en Madrid y una parte en Barcelona.

4. Los espacios se caracterizarán por el narrador y los personajes mostrarán sus sensaciones también en los diálogos.

El tiempo de la historia

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — carla at 8:53 pm on domingo, diciembre 13, 2009

1. Unos cinco años entre conocimiento, desarrollo de la relación protagonista del libro y afianzamiento.

2. En nuestros días.

3. Se indicará a través de la misma narración.

4. No habrá saltos temporales hacia atrás pero sí hacia delante que serán señalados en la propia historia.

Público y tono

Filed under: Novela: Público y tono — carla at 8:40 pm on domingo, diciembre 13, 2009

1. Mujeres de más de veinte ? años que aprecien la chick lit o literatura para chicas. Que tengan interés por los sentimientos, el despertar de los sentidos y el gusto por los detalles como las descripciones de lugares, ambientes o situaciones muy deseables.

2. El tono de la novela sería realista, buscando, sobre todo, el desarrollo de las experiencias que surjan. Casi vivir lo que se narra.

El Pergamino

Filed under: Novela: Público y tono — Esther at 6:48 pm on domingo, diciembre 13, 2009

PÚBLICO: todo el mundo, pero especialmente jóvenes maduros maduros y de mente abierta y joven, de ambos sexos, cultos, entendiendo por cultura todo lo que aporta la vida, Capaces de identificarse con alguno de los personajes o alguna de las historias.
Tono: medio, imitación de la realidad del trasgresion con el Tiempo y espacio: Pasado, Presente y Futuro

ADOM

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Alicia at 3:18 pm on domingo, diciembre 13, 2009

Novela: El tiempo de la historia.

– La historia se desarrollará en un lapso aproximado de diez años.

– Las acciones transcurren en la segunda mitad del siglo XX.

– El paso del tiempo se notará en las características cambiantes de los protagonistas y de su entorno.

– Habrá saltos temporales que se advertirán en las características antes mencionadas.

ADOM

Filed under: Novela: Público y tono — Alicia at 3:13 pm on domingo, diciembre 13, 2009

-? El tema de la novela estará ? dirigido al público en general.

-? El tono del libro será serio y realista, con una historia de ficción basada en? ? situaciones reales.

Beatle sin melena

Filed under: -Creación de personajes — Melquiades at 12:24 am on domingo, diciembre 13, 2009

No faltó quien tratara de convencerlo de utilizar el dinero de modo que le fuera más útil, pero todo aquél que le conociera sabía que aquello estaba decidido y sus ahorros tenían los días contados. Una noche de enero, sentado en su cama, Don Francisco posó sobre sus rodillas el nuevo ordenador portátil, que lentamente dio sus primeras señales de vida ante los incansables, pero no siempre certeros, índices del principiante. Hacía tiempo que la partida de Doña Paula, su esposa durante mas de cuarenta años, lo había obligado a enfrentar por su cuenta el futuro, pero a pesar de ello y de su –cada vez mas marcada- miopía, veía con claridad el camino que pretendía recorrer.

En su viaje hacia los confines más insólitos de la red, comenzó por realizar una descripción de sí mismo, puesto que ello parecía fundamental en aquél nuevo mundo. Luego de escribir unas pocas palabras se incorporó, se acercó al viejo baúl y desempolvó el más significativo de los objetos de su juventud. <El álbum blanco>, murmuró con una sonrisa entre nostálgica y emocionada por el reencuentro. Don Francisco continuó con la descripción trunca, a pesar de no comprender muy bien cual era el objeto de esa tarea, que tanto esfuerzo le demandaba. Sin embargo, al escuchar los primeros acordes de “Sexy Sadie”, le vino a la memoria aquél autorretrato que dibujó en lápiz cuando apenas vivía su vigésima primavera. Por cierto que ya no tenía aquella melena, ahora corta y conquistada por las canas, sin embargo, a pesar de sus cejas algo crecidas y la mueca de preocupación de su boca, indudablemente seguía siendo el mismo. Con ese recuerdo en la memoria le fue fácil finalizar con la reseña de su persona. A pesar de no haber dicho mucho, con sencillez y sin rodeos dejó claro que lo importante no es en que lugar de la carretera te encuentres, sino que siempre continúes tu paso, sin prisas pero sin pausas. Don Francisco ya no escuchaba con habitualidad al cuarteto de Liverpool y sus dibujos eran cada vez menos frecuentes, pero su espíritu no era doblegable y no demoró en dirigir hacia la literatura digital sus esfuerzos. Parece que fue a tiempo.

Lo que no le dije a Clarisa

Filed under: - Autorretrato — Melquiades at 11:03 pm on sábado, diciembre 12, 2009

Si hubiera sabido que aquella sería nuestra última charla, mis palabras no habrían tenido aquél tono desatento, descortés, presumido. De haber advertido que por fin cumpliría su reiterada promesa de abandonarme, habría tomado impulso para gritar por primera vez que la amaba.

Dicen que comenzamos a valorar algo al perderlo. ¿Pero que hacemos cuando, en vez de perderlo, lo desperdiciamos? Lamento decirles que la respuesta no es alentadora. Hoy desperté sobresaltado, el griterío de mis pensamientos me turbaba. Entre mis propios reproches, solamente pude mortificarme recordando que Clarisa se fue sin que antes le haya dicho que su amor por la literatura acrecentó mi gusto por los cuentos y las novelas, que por pensar en su figura es que adoro la fotografía, que por nuestras pequeñas discusiones cotidianas disminuyó mi gusto por el fútbol, que mi metro setenta y ocho no puede sobreponerse al tedio sin su metro sesenta y nueve, que mis ojos cafés solo encuentran vida en sus pupilas azules, que mis ochenta y tres kilos solo levitan al sentir cerca su cadera, que no puedo hacer un autorretrato sin retratarla a ella.

Memoria Difusa

Filed under: Novela: Público y tono — Alfonso at 7:55 pm on viernes, diciembre 11, 2009

1.- ? ? ? ? ?

  • ? Edad media-alta. Clase media. Hombres y mujeres

?

  • Tono serio, tranquilo, agradable, realista.

Memoria Difusa

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Alfonso at 7:54 pm on viernes, diciembre 11, 2009

2.-

  • 1. En unos pocos años, tres, cuatro; no estoy seguro.

?

  • 2. En la actualidad.

?

  • 3. Cambios en las personas, en las calles, en las casas.

?

  • 4. Si habrá saltos temporales hacia atrás rememorando, recordando, soñando. Se intercalaran en el transcurso de la novela como historias engarzadas.?

?

.

El tiempo de la historia «Dos corazones»

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Carminacd at 6:06 pm on viernes, diciembre 11, 2009

Se desarrolla en? 30 años (desde que nace Giovanna hasta que se casa)

periodo de 1910 a 1940 entre las dos grandes guerras

Tiempo lineal

? Saltos temporales llegando al fin de la historia salto hacia adelante, en el tiempo, al inicio paso por paso y año por año

Público y tono «Dos corazones»

Filed under: Novela: Público y tono — Carminacd at 6:03 pm on viernes, diciembre 11, 2009

público adulto de ambos sexos para todo nivel cultural con inclinación por la lectura

?

tono realista

Preconcebida

Filed under: Novela: Público y tono — Quioreng at 4:42 pm on viernes, diciembre 11, 2009

Publico:? Adultos ambos? sexos? ? a partir de? 25. Cualquier entorno social, aunque principalmente clase media.

Tono del libro: ? Irónico o en clave de humor.

Preconcebida

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Quioreng at 4:39 pm on viernes, diciembre 11, 2009

La historia sucederá en el transcurso de? 5 años.

Se desarrollará en la época actual.

El paso del tiempo se indicará con una costumbre que tiene el personaje.

? Habrá dos ? saltos temporales.? El primero? después de la soledad tras la ruptura. Y el otro al tras el sufrimiento.

?

– Se enamora. Pero evita por todos los medios tener una relacion con él.

– A pesar de todo comienzan una relacion.

– Ella intenta cambiarle.? No lo consigue.

– Rompen.

– Soledad. 1er? Cambio Temporal.

– Cambio drástico en su vida. Hace replantearse sus esquemas.

– Sufrimiento. 2º cambio temporal.

– Reencuentro.

– Final abierto, lo ha perdido pero quizá pueda recuperarlo.

PÚBLICO Y TONO: EL AMANTE INFINITO

Filed under: Novela: Público y tono — NADDIA at 11:36 am on viernes, diciembre 11, 2009
  • ¿A qué público os vais a dirigir (edad, sexo, entorno sociocultural…) ?

El libro irá dirigido a todo tipo de público entre 18 y 60 años aunque quizás guste más a gente con sensibilidad social o que tenga interés por los principios de los movimientos reivindicativos de gente con diversidad funcional o que les gusten las historias de amor, infidelidad, lealtad…

  • ¿Cuál será el tono del libro (humorístico, serio, irónico, realista…) ?

Será normalmente realista aunque pueden contener ensoñaciones de los protagonistas que no tienen por qué corresponderse con lo que está sucediendo en tiempo real.

EL AMANTE INFINITO

Filed under: Novela: el argumento — NADDIA at 11:17 am on viernes, diciembre 11, 2009

Bruno tiene veinte años y tiene una vida plena y feliz. Irá a la Universidad en septiembre. Meritxell y él iniciaron una bonita relación en Junio. Hace sol es verano, la vida le sonríe. Su padre le ha enviado al pueblo a buscar tornillos. Va en bicicleta como siempre, es su medio de transporte habitual. Un coche a gran velocidad lo lanza por los aires y se da a la fuga. Bruno queda tirado en la cuneta. Varias horas más tarde un coche que pasa lo descubre. El conductor llama a una ambulancia. Bruno no tiene pulso. Lo dan por muerto y lo meten en el depósito para hacerle la autopsia al día siguiente. Cuando lo trasladan a la sala de autopsias detectan que se mueve. Avisados los servicios de urgencias, lo ingresan en la UCI donde pasa casi treinta días en coma para luego trasladarlo a un hospital de parapléjicos.

Meritxell vino a visitarlo cuando estuvo enfermo, pero volvió a Barcelona. Cuando Bruno al fin despierta Meritxell vuelve a visitarlo y le dice que estando tan lejos y en estas circunstancias es mejor que lo dejen. Bruno todavía no comprende bien todo lo que está ocurriendo. Su madre ha viajado con él y alquila un piso con otras madres para poder estar con él durante el día. Tarda un tiempo en recuperarse y tener conciencia real de su nueva situación.

En el hospital Bruno conoce a Nuria que se ha caído de un quinto piso y ha sobrevivido milagrosamente. A pesar de lo que ha ocurrido con Meritxell, Bruno decide darse una segunda oportunidad y vive su amor hospitalario con Nuria. Cuando les dan el alta prometen que no se olvidarán, pero vuelven cada uno a su casa: Bruno es gallego y Nuria de Ávila. Les queda un tiempo de readaptación a sus respectivas casas y el entorno de cada uno.

Pasado un tiempo, Nuria convence a Bruno para que hagan un curso en un Centro de Formación de Minusválidos Físicos de Madrid donde estudiarán y residirán. Allí se hacen la ilusión de estar juntos y vivir juntos. Pero al acabar el curso cada uno vuelve a su casa. Bruno no se instala con sus padres sino que se va a la ciudad donde ve más posibilidades de encontrar trabajo. Contacta con otras gentes con minusvalía y decide hacerse activista. A partir de entonces participa en reuniones y manifestaciones. Allí conoce a Manuela, una chica algo mayor que él que le llama la atención desde el primer momento por su carisma. Manuela es activista hasta cuando hace el amor. No entiende el? mundo sin reivindicaciones y entre la admiración y la conciencia social va surgiendo entre Bruno y Manuela una relación que mezcla amor, sexo, creencias y reivindicaciones. Bruno se sigue escribiendo con Nuria, pero se casa con Manuela. La admiración entre Bruno y Manuela no merma con el tiempo, pero Manuela nota que Bruno necesita más alicientes que los que ella puede y está dispuesta a darle. A Bruno le sigue costando adaptarse a su nueva situación física a pesar del paso del tiempo y sólo consigue aplacar su ansiedad comportándose como un casanova. Al principio se siente atraído por una amiga de Manuela, pero Manuela tiene muchas amigas dispuestas a dejarse seducir y entre Manuela y Bruno surge el acuerdo de no ahondar en las prolongadas salidas de Bruno. Sara, Nuria otra vez, Elena, Carla, Lola… Todas irán pasando por su vida, todas serán amigas de Manuela…

EL DESTINO

Filed under: Novela: el tema — NADDIA at 11:12 am on viernes, diciembre 11, 2009

El destino y sus infinitas variables, sus cambios de rumbo…

¿quien es Sofía?

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — Corina Harry at 3:08 pm on jueves, diciembre 10, 2009

1.- La historia sucede entre 1886 y 1974

2.- Italia de fines del Siglo XIX y primeras tres cuartas partes del siglo XX en Argentina

3.- Pase de tiempo lineal indicado capítulo a capítulo

4.- No habrá saltos temporales

NOVELA: Dios te salve mujer

Filed under: Novela: El tiempo de la historia — atman at 5:38 pm on martes, diciembre 8, 2009

?

  1. La historia sucederá en un mes
  2. El período de la historia será en la época actual
  3. El paso del tiempo se indicará a través de la concurrencia con determinada frecuencia a un lugar en particular.
  4. Si, habrá saltos temporales. Se pondrán de manifiesto a través de un ejercicio de memoria, con sus consecuentes partes dentro de ? los capítulos principales.

NOVELA: Dios te salve mujer

Filed under: Novela: Público y tono — atman at 5:36 pm on martes, diciembre 8, 2009

Publico: Preferentemente femenino, entre 20 y 60 años, clase media.

Tono: El tono del relator: serio, formal. Los personajes tono realista, acorde edad y clase social.

NOVELA: Dios te salve mujer

Filed under: Novela: el tema — atman at 4:55 pm on martes, diciembre 8, 2009

Las madres adolescentes, el porque del mal trato que dan a sus hijos y el rol de la familia y el estado en estas circunstancias.

Novela: Dios te salve mujer

Filed under: Novela: el argumento — atman at 4:50 pm on martes, diciembre 8, 2009

Una chica de 17 años, integrante de una familia de clase media venida a menos, tiene un hijo con su novio, siete años mayor, con problemas de adicciones, dando comienzo a ? una serie de desventuras familiares.

No tolera a su hijo, maltratándolo psicológicamente y sin asistirlo en sus necesidades más elementales, a su vez el niño es de una sensibilidad e inteligencia superiores, por lo que manifiesta comprensión de las relaciones y capacidad de ordenamiento, a pesar de la inocencia propia de la edad.

Se trata de desentrañar qué le pasa a esa familia, como átomo de esta sociedad y la participación del estado en la problemática.

Si bien estará basada en ocurrencias que perfectamente pueden ser reales y actuales, se busca dar una? comprensión diferente de los motivos y un toque ? filosófico y metafísico a la red de relaciones y situaciones que se van desarrollando?

ARGUMENTO

Filed under: Novela: el argumento — SILVIA SOLIS CAMACHO at 7:04 pm on lunes, diciembre 7, 2009

Carmelo? acalorado? fue a su cuarto y se quitó el hábito,? ? se quedó en jeans y? playera. Luego fue al jardín y se tumbó en el césped,? se? puso ambas manos sosteniéndose la cabeza. Miró al cielo tratando de retener el azul de la bóveda celeste? y beberse todo el aire hasta? convertirlo? ? en? ese remolino capaz deshojar su interior mientras recordaba las primeras clases en el Seminario…

Padre Tomás –preguntó-? ¿A dónde van los que mienten?

? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? -Al infierno.

? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? – ¿Al de Dante?…? ¿Qué es el infierno?

El padre Tomás? contestó tratando de disimular su impaciencia: Es el? conjunto de males sin mezcla de bien alguno. Yo, si no hubiera otro remedio, castigaría al embustero? quien con sus? mentiras siempre busca algún beneficio. La sanción sería no? volver a? creerles aunque digan verdad. Todo lo que sale de la boca de un mentiroso debe ponerse en tela de duda. –Esto lo dijo mirando muy fijamente? a Carmelo que desvió la mirada y empezó a sudar.

El Padre Tomás –siguió-. Uno de los mandamientos de la Ley de Dios pide no levantar falsos testimonios ni mentir. El cristiano que quebranta este precepto? está obligado? a restituir la mentira con verdad? y reparar los daños.

Entonces ¿no basta con arrepentirse? –Preguntó Carmelo? -No. –contestó el sacerdote-, al aceptar que se está en pecado se debe pedir perdón y enmendar? los daños causados. Mira hijo –siguió? el? religioso tomándolo del brazo-,? el feo pecado de mentir es señal de desprecio a los demás y no es posible preservar la dignidad en un marco de desorden moral.

-Padre –dijo Carmelo con timidez,? ¿De qué mal estamos hablando?

Del mal del demonio –contestó? el sacerdote. Carmelo se quedó unos momentos en silencio y? dejó unas palabras en el aire: ¿Y…? si no fuera verdad que existe el infierno?

Abrió los ojos para cerciorarse? que aun estaba en el? jardín. Observó con cuidado las formas caprichosas que iban tomando las nubes y cómo se deslizaban arrastradas por el viento y cuando éstas logran? definir una forma, casi de inmediato se? desvanecían dando lugar otra? muy distinta. Unas se agrupaban? por miedo a permanecer aisladas; otras? amorfas y cabizbajas luchan por? su? incompresible necesidad de soledad:

Todo cambia, nada es? definitivo? ni constante.-pensó Carmelo. Cerró de nuevo los ojos y caviló. Sí, el sueño, era el? único espacio que le producía seguridad. En él se puede jugar con? otras reglas y? uno puede? perderse con comodidad fuera de la neblina de certezas y? convencionalismos.? Para distraerse, Carmelo? siguió? otra vez? ? los rastros del recuerdo: ¿Cuándo fue la primera vez? que? se sintió? en este piélago de confusiones?

Señas de muerte

Filed under: Creatividad - Segundo ejercicio — edurodriguez at 7:03 pm on lunes, diciembre 7, 2009

Nevó durante toda la tarde. Por fin paró un poco y salí a la calle. Pero no había forma de caminar sin dejar huellas. Me encontrarías. Entonces llegó ella, con su flamante coche rojo y oliendo a puta barata. Entró en tu casa por la puerta principal y yo aproveché las rodadas de su coche para alejarme. Puse cuidado en tapar la nariz con un pañuelo para que no cayeran las gotas de sangre sobre la nieve. Tenía poco tiempo y no debía desaprovechar ni un segundo para mi huida.

Durante unos días me quedé encerrada pensando en cómo te habrán encontrado y pensado. Todavía me duele la nariz del golpe que me diste cuando intentaste defenderte, pero eso no fue suficiente para impedir que hundiera mi puñal en tu abdomen. Tus ojos se abrieron, como cuando te sorprendías con algo que no esperabas que te regalaran en tu cumpleaños. Apretaste mi mano fría que empuñaba tu muerte; no sé si querías quitar eso que comenzaba a quemarte por dentro o asentías mis deseos de poner fin a esta historia. Nos quedamos mirándonos fijamente. Tu boca se abrió, tal vez buscabas un poco más de aire o decir algo, yo la tapé con mi mano izquierda y empujé para que cayeras al suelo. El puñal salió con la misa facilidad con la que entró. Te agarraste el estómago y te acurrucaste como un feto. Será que cuando morimos volvemos al mismo lugar de donde hemos venido. Me quedé sentada a tu lado mirándote, esperando que dijeras algo. No sé cuánto tiempo estuve ahí.

Nadie puede sospechar que fui yo. Soy tu mejor amiga y esa mujerzuela no será capaz de decir que los últimos cinco meses discutíamos todo el tiempo. Si habla sabe que la van a devolver a su país por ilegal. No hubo testigos, sólo los tres nos reunimos aquella tarde: tú, yo y la muerte que se quedó contigo.

Hace tres meses que no soporto pensar que ya no estás, aunque me reconforta saber que tampoco estás para nadie más. Yo quería darte lo mejor de mi vida y tú preferiste querer a esa fulana. Ahora lloro tu ausencia y ojalá hubieras aceptado mi amor. Estaríamos los dos bien vivos.

A pesar de todo, al salir de tu casa un deseo inmenso se apoderó de mí: además de querer huir y desaparecer para siempre, deseaba que no estuvieras muerto. Incluso me pareció esucuchar tus pasos detrás de mí, pero me aterraba el pensar que podría volver a mirarte a los ojos, y esto hizo que saliera aún con más prisa porque temía que me encontraras. Y si así era, que de verdad no habías muerto a pesar de mi empeño, lo mismo tenía que seguir huyendo y escondiéndome para que no me encontraras. Es todo una contradicción, pero deseo que estés muerto para que no seas de nadie más y no tenga que avergonzarme del fracaso como asesina, y al mismo tiempo quiero que estés vivo y que me encuentres para que puedas escuchar una vez más que te quiero.

Ya no aguanto más este encierro y necesito ver la luz del día. Comencé a marcar las paredes para llevar cuenta de los días que pasan y que van poniendo distancia entre tu tumba y mi encierro. No sé qué es mejor, si estar muerto en un nicho o estar muerta en una celda.

TEMA

Filed under: Novela: el tema — SILVIA SOLIS CAMACHO at 7:02 pm on lunes, diciembre 7, 2009

MEDIO CÍRCULO

Un buen día llega el plazo para cumplirse con toda formalidad y si Dios no lo remedia, nos ordenaríamos sacerdotes.

iguales

Filed under: Relato - Primer ejercicio — Quioreng at 10:53 am on lunes, diciembre 7, 2009

Estaba terminando un informe para los alemanes que me había traído de cabeza el último mes. Cuando me llamó mi jefe.

– Si. Claro… Ahora. ¿Es muy urgente? Es que estoy terminando el informe para EMEA y me gustaría enviarlo ahora. Ok. Tardo cinco minutos.

Terminé el informe y redacté el mail, antes de adjuntar el archivo, comprobé todo una vez más. Yo creo que está todo bien, hala le doy a la tecla, espero no haberme equivocado en nada. Bloqueé el ordenador y fui hacia el despacho de mi jefe, iba por el pasillo cuando me di cuenta de que no llevaba el cuaderno, así que volví a buscarlo, estaba segura de que iba a colocarme algún marrón.

– Hola. Perdón, no estaba Paula, ¿Puedo pasar?

Para mi sorpresa con mi jefe estaba Ramón Regás, pelo rizado peinado hacía un lado, camisa azul, gemelos de oro, sentado orientado hacía nuestro querido jefe, al que nunca jamás dice que no. Todo está bien, aunque se le nota que más de una vez, el virtuoso de mi jefe, le toca bastante las pelotas. Porque otra cosa no, pero en tocar las pelotas mi jefe es un experto.

– Si, si, no me lo cuentes, Paula hoy está enferma. Adelante, adelante Sara, pasa.
– Hola Sarita. Me saludó Ramón con tonito.
– Hola. No sabía nada de lo de Paula. ¿Qué le pasa?
– Le dolía la cabeza y no se encontraba bien, alguna de esas tonterías vuestras.-“Cuatro días de regla le daba yo a este, será imbecil el tío”.- Siempre os pasa algo.
– Claro, dije con media sonrisa en la cara, seguro que mañana estará bien.
– Si, si, seguro que estará buena, confirmó Ramón mirando al jefe con su mejor sonrisa entre pánfila y viciosa. Los dos ríen.
? Y que una se tenga que callar ante estas situaciones. Que en pleno siglo veintiuno tenga que seguir aguantando las mismas gilipolleces de cuatro salidos insatisfechos.
? Después de casi diez meses de ardua búsqueda había conseguido un nuevo trabajo. La maldita situación económica del país me afectó directamente. Un buen día leí en los periódicos? “el gigante farmacéutico Xanatil ha presentado un ERE a los sindicatos, lo que supondrá la destrucción de más de mil puestos de trabajo”. Un mes más tarde supe que entre ellos estaba el mío. Soy una Técnico de Recursos Humanos, y enamorada de mi profesión que además comparto con mi marido. Gracias al universo él mantuvo su puesto, para bien de nuestra economía y de la letra de la hipoteca.? En mi antigua empresa había un equipo de cuatro personas además de mi. Ramón Regás, alías maxitragaderas,? Sofía Vertel, alías “Me acuesto con el jefe y esto no forma parte de mis funciones”,? María, la becaría e íntima de Sofía,? y Fernando y yo, los únicos normales del departamento, quiero decir, los que siempre estábamos hasta arriba de mierda y como protestábamos poco y salía el trabajo, nos seguía cayendo mierda de manera potencial. Curiosamente las subidas, no eran proporcionales, porque según mi jefe, algo debíamos hacer mal para que tuviéramos que hacer tantas horas. Sobre todo tu Sara, porque Fernando todavía, pero tú, encima, no hay mes que no haya incidencias en la nómina. Luego querrás cobrar el bono.

– Sara, siéntate, no te quedes de pie, hombre.

No me gustaba mucho las ideas que se le podían haber ocurrido a mi jefe y al soplagaitas de Ramón, me senté sujetando el cuaderno contra el pecho, esperando el marrón de los marrones. Si al menos estuviera Fernando, me echaría un cable.

– Nos han encargado elaborar un programa de formación, y? habíamos pensado en que lo lideraras tú.

? Llevaba 5 años en la empresa y mi jefe? al fin me nombraba líder para un proyecto. Era lo último que podía esperarme, sobre todo porque sólo le daba proyectos a Ramón o a Sofía. Y? paradojas del ser humano, me sentía agradecida. Pensaba que mi jefe empezaba a valorarme un poco.

– Nos tomamos un café mientras vemos todos los puntos a tratar.
– Si, yo me tomaba un cafetito con leche.
– Yo también, Sara, cariño,? te importa.
– Si, claro, ¿los dos con leche?.?
– Si, y tu ponte lo que quieras. Mientras vamos preparando las transparencias.
? “¿Ponte tu lo que quieras? ¿Sara, cariño? ¿De que cariño está hablando el? capullo este? O es que acaso a Ramoncito le llama cariño. Y porque narices no puede poner Ramón los malditos cafés. Es que ni un por favor. Venga Sara tranquilízate. Es circunstancial, Paula no ha venido y no pasa nada por poner un café. Ya no pasa nada, pero tampoco pasa nada porque los ponga Ramón.”

– Traigo el café. Dejarme un hueco.- Pedí con desgana.
– Gracias Sarita. ¿Este es el mio?
– Si, todos son iguales, con leche.
– Gracias, Sarita.- Mirando con ojitos y su maldita risita.
– ¿Ponemos las transparencias?.- Dijo dando un sorbo a su café.
– Ahora mismo Don Luis.

Estuvimos dos horas en el despacho viendo todo lo que se esperaba del proyecto y aunque yo lo iba a liderar, por supuestos el querido Ramón había preparado un esquema, que nuestro jefe alabó largamente y que acotaba bastante mi libertad para darle mi propio enfoque. De todas formas tenía muchas ganas por las expectativas de hacer algo diferente y poner en práctica los miles de cursos que había hecho los últimos años para mejorar en mi profesión.
?
– ¿Han fijado una fecha de fin?
– Si. Tiene que estar presentado y comunicado en la intranet para finales de año.
– Ya se que estamos en julio, pero yo tengo mucho volumen de trabajo siempre. No me entienda mal estoy encantada con embarcarme en ello pero,? ¿alguien va a asumir parte de mis funciones actuales para que pueda dedicarle tiempo?
– En principio no estaba previsto. Sabemos que vas a tener que hacer un esfuerzo extra, pero confiamos en ti, este es un proyecto muy ambicioso, y tú eres la persona más idónea para llevarlo a cabo. Y además no es operativo traspasar tu trabajo a otra persona a mitad de año.
– Yo no sé si puedo comprometerme a terminarlo para la fecha prevista Don Luis.
– Puedes contar con Ramón para lo que necesites. ¿Verdad Ramón?
– Por supuesto Don Luis, por supuesto.
– Llevo diciendo seis meses que necesito ayuda.? No sé si voy a sacar el trabajo.
– Estoy seguro de que si vas a poder. Además, no quería decírtelo, pero el resultado puede significar un gran cambio en tu trayectoria. Contamos contigo Sara.

Me marché del despacho, segura de Ramón no me iba echar más que una mano al cuello, pero en el fondo estaba ilusionada. La consecuencia de amar tu profesión. ¡Un cambio en mi carrera! Es lo que estaba esperando desde que salí de la universidad. Volvía a casa, parada en el atasco como cada día pero con una sonrisa de oreja a oreja. Sentía que iba a poder demostrar mi valía. Hacía planes de como iba a enfocar el programa de formación salvando el esquema que había trazado Ramón. Orgullosa internamente por lo bien que lo iba a hacer. Cuando llegué a casa empecé a buscar mis antiguos apuntes del Master, y otros documentos que tenía de proyectos en los que había participado en otras empresas.? Estaba tirada en el suelo con un montón de carpetas y papeles, pasando las páginas rápidamente, buscando algo relacionado con formación. Cuando llegó David. Me levanté y fui corriendo hacia la puerta para darle la noticia.? Casualidades de la vida a David le habían propuesto exactamente el mismo proyecto, aunque el tenía que empezar desde cero, porque en su empresa no tenían hechas las descripciones de puestos de trabajo. Desde entonces pasábamos muchas horas en casa juntos trabajando, en realidad era una ventaja compartir la profesión, aunque unos días fueron buenos y otros David dormía en el sofá. La fecha se acercaba y según mis cálculos, ni aunque duplicaran las horas me daría tiempo a cumplir con el plazo previsto. Necesitaría pedir unos días de vacaciones para dedicarle el 100% del tiempo.

Estaba concentrada en responder los mail más urgentes, apagando fuegos como siempre. Unas voces llegaban desde el pasillo. Era Sofía protestando. Venía con Ramón. El jefe estaba de viaje por eso acudía a él.

– Mira Ramón yo soy una técnico senior y no hago tareas administrativas.
– Sofía, chatina, pero que es lo que te han pedido.
– Una relacción de todos los procesos de selección del año. Vamos que no me voy yo a ponerme a hacer listas ahora.
– Pero Sofía, tu llevas la selección. Seguro que ya tienes una lista con los procesos.
– Te digo que no Ramón.- Sofía cada vez estaba más enfadada y yo empezaba a temerme lo peor.-No entra dentro de mis funciones Ramón ya te lo digo. Porque Don Luis no está aquí pero si no te lo diría él mismo.-Ya lo había hecho. Había pronunciado las palabras mágicas.
– Por supuesto que no Sofía, ya lo sé. Pero que hacemos.
– No tengo ni idea. Si quieres llamamos a Don Luis.-A estas alturas a Ramón se le estaban cayendo los pantalones. Y Ramón que no da para mucho, pues asocia, administrativa-mujer.
– No, no Sofía. No vamos a molestar a Don Luis ahora.
– Eso es lo que pensaba yo, que no íbamos a llamarle para esta tontería.
– Sarita, puedes venir un momentito, guapa.
– ¿Qué? Ya os he oído. Ramón yo no doy más de si. Sabes que estoy a tope.
– Sarita, tiene que estar entregado mañana. Mujer sólo va a ser un día.
– Pero Ramón, estoy muy justa con el proyecto. La semana pasada me dijiste que te ibas a sentar conmigo y todavía no has podido. No me va a dar tiempo.
– La que estoy hasta arriba soy yo. Que parece que eres la única que trabaja guapa. Yo si que no puedo ponerme con eso ahora.
– Sarita, de verdad chatina, yo no sé. Mañana te prometo que me siento contigo. Ahora haz el listado. Sofía te manda un mail con lo que nos piden. Por favor ponte con ello.
– ¿Puedo ayudar en algo?.-Fernando como siempre al rescate.
– No te preocupes Fernando, ya se pone Sarita con ello.
– Hombre Fernando, si pudieras echarme una mano te lo agradecería muchísimo.
– Bueno, arreglaros entre vosotros. Pero tiene que estar entregado esta tarde. Sofía te bajas a tomar un café.
– Voy, espera que termino de mandar el mail.

Sabía que no podía esperar ninguna ayuda por su parte pero esto ya era demasiado. Estaba a punto de explotar en un ataque de ira. No me lo podía creer. Me fui al baño porque sabía que iban a saltárseme las lágrimas de un momento a otro. Estuve intentando dejar de llorar un rato, pero cada vez me ponía peor. Tenía la cara encendida, de irritación y de rabia, no podía salir así. Fernando llamó a la puerta.

– Sara, ¿estas ahí? ¿estas bien?
– Si, si, no te preocupes.
– Lo siento Sara, no quería venir para que pudieras estar sola. Pero Ramón ha subido y te está buscando.
– Vale ahora salgo. Gracias Fer, tú no te preocupes, eres un amor.
– Si quieres le digo que no te encuentras bien.
– No, ahora salgo de verdad. Pero si pudieras traerme el bolso te lo agradecería.

Que querría ahora, seguro que encima me caerá una bronca. Yo no puedo más, no sé si me merece la pena seguir aquí. Tengo que buscarme otra cosa pero ya. Fernando volvió con mi bolso y me puse un poco de maquillaje para disimular la llorera. Ramón se atrevió a decirme que estaba muy preocupado por mi y que creía que no me gestionaba bien el tiempo. “Si quieres planificamos un curso, los hay buenísimos, verás como te organizas mejor”. Fue la gota que colmó el vaso. Me puse muy nerviosa y le dije todo lo que me había estado guardando durante tantos años. Al final me dijo que estaba histérica y que lo mejor sería que me tomara dos días de vacaciones. Como estaba agotada moral y físicamente y además necesitaba tiempo para terminar accedí a tomármelas. Aunque ahora pienso que fue como reconocer que estaba mal de los nervios o algo así.
Y al fin llegó el día de la presentación y los dos tuvimos un absoluto éxito. David desde entonces estaba muy bien considerado en la oficina y se había convertido en la mano derecha de su jefe. Yo sin embargo seguía con mis funciones ahora aún más rutinarias. El programa se implantó y ha contribuyó para crear muy buenos futuros directivos en mi empresa, pero por supuesto no supuso ningún cambio en mi trayectoria y mucho menos grande. Es más crearon un puesto de Responsable de Formación que le dieron a Sofía. Y fueron pasando los días hasta que llegó la infinitamente nombrada CRISIS. Rumores de pasillo, y comentarios de todo tipo invadieron la oficina. Yo intentaba mantenerme al margen.
Un viernes a las dos de la tarde y? finales de mes,? estaba metiendo incidencias para la nómina cuando sonó el teléfono. Levanté la vista y me crucé la mirada con Sofía que para mi sorpresa me lanzó una sonrisa amable

– Estoy con la nómina podemos verlo el lunes. Vale, pues voy ahora? mismo.
– ¡Que querrá ahora!, -fui hacia su despacho y ¡como no! Ramón le acompañaba.? Estaban particularmente serios.
– Hola.
– Pasa, Sara, siéntate. ¿Quieres tomar algo? ¿Un café, un vaso de agua?
– Si, voy por agua.
– No, no te preocupes? siéntate. Ramón por favor.

Al oír esto supe con certeza cual era el motivo de la reunión. Y efectivamente, Ramón me trajo el agua por primera y última vez y yo salí del despacho con la carta de liquidación.? Fui a mi mesa a recoger mis cosas. Sonó el móvil, era David. Iba a contarle lo sucedido, pero no me dio tiempo a hablar.

– Gordi, a que no sabes lo que ha pasado. ¡Me han ascendido! No podía esperar a llegar a casa…

No pude evitar sentir una sombra en mi corazón. No sólo por mi mal, también? me hacía sufrir su bien, aunque su bien fuera también el mío. Estaba segura de que tenía muy difícil avanzar en mi carrera, por el simple hecho de ser mujer. Sabía que tenía que demostrar diez veces más mi valía. Terminé de recoger y me marché a casa. Ya no había nadie en la oficina así que no pude despedirme.

? Estaba inmersa en mi mundo, Que iba a hacer ahora. Y como iba a decírselo a David,? con lo contento que estaba. Mejor se lo digo mañana. Luego pensé en todo lo que había trabajado en el último año, y se me saltaban las lagrimas pensando en lo injusta que me parecía la situación. Como iba a afrontar vivir con el éxito de David? conviviendo con mi fracaso. Ese día el atasco duró más de lo normal, pero el trayecto me pareció muy corto. Finalmente llegué a casa. Entre y dejé el abrigo en el armario del recibidor. David se asomo al final del pasillo con su gran sonrisa, tenía la cara iluminada de alegría. Y venía hacía mi. Hacía su mujer. Hacía una mujer fracasada.

El sonido del silencio

Filed under: Novela: el argumento — Indalo at 12:31 am on lunes, diciembre 7, 2009

A Sandra, una niña superdotada, hija de un matrimonio adinerado, desde muy pequeña se le observa una fuerte tendencia altruista y contestataria. Pregunta mucho, cuestiona todo aquello que no comprende, y exige respuestas y convencimiento para obedecer.

Sus padres no pueden con ella, debido a la enfermedad de su madre y al mucho tiempo que su padre dedica a la empresa, y deciden internarla en un colegio de la ciudad a la edad de diez años y asignarle una tutora, Lola, una psicóloga joven.

Sandra queda apartarla de su paraíso particular, el que formaba su pueblo, sus amigos y su familia. A partir de ese momento, sólo visitará el pueblo durante las vacaciones.

Sandra añora continuamente todo lo que ha quedado atrás, y se apoya en la ayuda y comprensión de Lola, que trata de llenar el hueco vacío de sus padres. Pasa el tiempo, y la desgracia se ceba en la familia de Sandra, quien queda huérfana antes de cumplir los quince años. Primero fallece su padre en un accidente; y después, su madre, de la enfermedad que padecía.

Sus padres dejan dos partidas de dinero. Una para afrontar los gastos del colegio, que administrará el director del centro, y otra se le entrega a Lola para que cuide de Sandra hasta que cumpla los dieciocho años.

El director del colegio, sacerdote, intenta robarle parte del dinero que custodia, pero Lola lo impide.

Cuando cumple dieciocho años, Sandra descubre que sus padres, multimillonarios, no le han dejado más herencia que la citada anteriormente. Lola investiga el asunto y averigua que durante los últimos meses de vida , y cuando había perdido gran parte de sus facultades mentales, La madre de Sandra realizó entregas millonarias a la iglesia del pueblo y al convento de monjas, hasta el extremo de que murió sin dinero. Pero, además, hasta la casa donde vivían quedó legada al convento. Todo fue una tremenda estafa llevada a cabo por el párroco del pueblo que actuaba de asesor espiritual de su madre.

La nefanda intervención de los clérigos, tanto en la herencia como en la administración del dinero en el colegio, remueve los cimientos morales de Sandra, y comienza a cuestionarse la religión.

La chica queda marcada por ese cúmulo de circunstancias desdichadas ocurridas durante su infancia y su adolescencia.

Decepcionada por ? su infortunio y por ser víctima de la codicia humana, reacciona inconscientemente buscando justicia, para lo cual establece dos frentes: uno, religioso, donde trata de hallar la realidad existencial; y otro, social, donde pretende conseguir un mundo más justo y humano.

Su dedicación a estos dos objetivos va intensificándose a lo largo de los años, hasta que llega a los veinticuatro y comienza a desequilibrarse por no lograr sus propósitos.

Lola sigue siendo la persona más cercana a Sandra, y mantiene con ella una relación íntima. La trata psicológicamente, pero encuentra dificultades insalvables para reconducirla, entre ellas el cariño que le tiene y la honestidad y razón que avalan a Sandra en todos sus empeños. Damián, psicólogo y amigo íntimo de Lola, interviene apoyándola.

En el interior de Sandra se establece un cisma entre las creencias religiosas y la razón, debatiéndose entre la religiosidad y el ateísmo; la Iglesia se convierte en víctima propiciatoria, en destino de sus reproches.

Y en el exterior, Sandra se enfrenta a su entorno más cercano apoyándose en una moral intachable. Una de sus víctimas es el catedrático de ética con quien establece un pulso angustioso que condiciona su final de carrera universitaria y el futuro profesional del catedrático. El enfrentamiento llega a los medios, e invitan a Sandra a una entrevista en televisión. Accede por petición de un amigo íntimo, involucrado en la cadena. Durante la entrevista Sandra se enfrenta al presentador porque no soporta su falsedad ni la falsedad del medio. Consigue humillarlo mediante su capacidad dialéctica.

Por fin, Sandra se derrumba y es internada en un psiquiátrico, pero se escapa. Lola y Damián la buscan con los últimos datos que han podido averiguar, y la encuentran cuando está tomando la decisión definitiva.

El sonido del silencio

Filed under: Novela: el tema — Indalo at 12:21 am on lunes, diciembre 7, 2009

Las dificultades de una persona idealista en su lucha contra lo establecido.

Argumento Novela El Pergamino

Filed under: Novela: el argumento — Esther at 7:51 pm on domingo, diciembre 6, 2009

Existe un libro del destino, cuya procedencia se pierde en la noche de los tiempos, de su existencia nos llegan datos de distintos autores de la antigua Roma, aun a pesar de reconocer que muchos de sus mitos y leyendas proceden de la Grecia clásica, y que por muchos estudiosos, al fin se ha considerado parte de la leyenda de dichas civilizaciones, de vez en cuando circula el rumor de algún dato nuevo en vestigios recientes encontrados aquí o allá en remotas excavaciones del lejano Oriente
Hace ya años que nadie pide legajos tan antiguos, están en completo abandono, el polvo y el olvido los están destruyendo,
Se trata de un trabajo en grupo para determinar su antigüedad, y si tienen algún valor histórico o legal… por unos aprendices de bibliotecario que por pura casualidad descubre alguna relación extraña con el hallazgo un ,,,,, ambigrama.

? En la escuela de periodismo de una ciudad en otro región, en la aula de literatura latina cuyo profesor Agustín Benítez esta a punto de jubilarse les pide a un grupo de alumnos formen talleres en grupo para investigar unos datos que mantiene ocultos entre sus muchos conocimientos de la asignatura, de Historia Antigua, para la tesina, El profesor se siente desfasado con las nuevas herramientas de la cibernética actual donde en muy poco tiempo ha habido un gran avance, por el que se consigue mucha información guardada en espacios como microchips y en reducido espacio de tiempo, forman los grupos empiezan a investigar con las pistas que les va dando en clase el profesor. Mediante un acróstico…

Tema Novela El Pergamino

Filed under: Novela: el tema — Esther at 7:46 pm on domingo, diciembre 6, 2009

Tema El destino: Un suceso inamovible para el ser humano, ¿Si lo cociéramos? Podríamos manipularlo, volcarlo a nuestro favor o seguiría, en contra si ese era realmente lo que el destino nos tenía que deparar.

Nadie

Filed under: Relato - Primer ejercicio — Esther at 1:36 pm on domingo, diciembre 6, 2009

“¿No ha rehecho su vida? “
Y abrió, como en un rito o un sortilegio, la primera de las páginas de un cuaderno en los que fue anotando las historia de Nadie, que hablaba de su vida. Una vida que pasó inadvertida para el resto de personas. Las cicatrices que dejaron en el alma tanto dolor se reflejaba en sus ojos: “Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia”
? ? ? ? Uno de los renglones de la canción, del cantautor de voz quebrada, le hizo pensar en su propia vida. Sintió que ese fue su equipaje, el de un llanto maldito porque no saciaba el dolor, y en algunos momentos la llevaba al borde de la desesperación. Necesitaba rescatarlo del pasado, para poder seguir con el presente?

Y empezó a traducir cada lágrima, en un renglón de tinta que le permitiera superar las muchas noches de insomnio y desesperanza
Las primeras páginas, que escribió, él aun estaba a lado, medio adormilado, la contemplaba apesadumbrado, adivinando sin palabras, el motivo de las largas horas en vela. Pero, preferían no hablar, no decir nada y decirlo todo con la mirada.

Nadie sabía que podía contar, escribir y borrar pero, casi nunca olvidar y ni lo uno ni lo otro le resultó posible. Es difícil comprender lo mal que llevó ese tiempo maldito, pues con el paso de los años, se mitiga el dolor y se aviva la memoria… pero el corazón, no se recupera.
Pensó con tristeza en su pasado y lo hizo presente:
En el alma quiso conservar la lucidez de esos recuerdos, que eran sus raíces, la mujer que había sobrevivido a tanta frustración, era ella, y ahora debía revisar sus vivencias para seguir existiendo.
Deseaba cada vez mas, recobrar de una vez para siempre el timón del resto de su vida. Pues temía perder las últimas fuerzas que le quedaban, para dejar este lastre atrás.

A menudo se decía, que siempre había querido tener el control sobre si misma, ahora sabía con la experiencia de los años que esto es imposible. Estamos a merced de las circunstancias y de fenómenos ajenos a nuestro poder, es una de la muchas lecciones que aprendió, y ahora trataba de seguir al pie de la letra, sólo la retenía del pasado el amor. Pero, necesitaba saber, si eso era suficiente. Aunque aquellos difíciles años, estaban en su mente más vivos que el día de hoy.

Nadie sabía que era imposible impedir que caiga la lluvia, y empezó a escribir por temor a la perdida de su identidad, de la realidad lejana, que a veces la engañaba, pues no tenía ni tiempo para olvidar, ni le quedaba fuerzas para luchar contra los fantasmas del pasado.

Por todo bagaje, el infortunio que le obligo buscarse a sí misma y empezar una y mil veces su destino. Reconoció para que no existían milagros que lo devolvieran a sus brazos.
? ? ? ? ? Tenía veintinueve años cuando recién llegada, a una ciudad cualquiera de la que ahora no importaba su nombre, supo que su destino sería la soledad. Todo su mundo se reducía a mi familia que en 1980, eran dos hijitos de corta edad y su marido, delicado de salud, y sin muchas esperanzas de sobrevivir

Tras un penoso peregrinar por hospitales, iniciaron la cuenta atrás, de una agonía que duro apenas un año, el mas largo de sus vidas y a la vez el mas corto.
Una de aquellas tardes de otoño, en que apenas mediaban palabras entre ellos, leyó en sus ojos casi sin vida, tan lejanos de aquella mirada que la había cautivado, el adiós definitivo, y supo que el final se aproximaba sin remedio.

Observando sus pasos cansados, cada tramo de escalera que subía era una prueba innecesaria que ya no podía salvar, y se rendía sin luchar, la vida se escapaba por cada poro de su piel. ? Sus miradas se cruzaban doloridas, en un adiós prolongado, que no necesitaba de palabras… Que podía hacer por él. Solo acurrucarse a su lado, darle el calor que se escapaba por todos los poros de la piel, mientras la noche traicionera se acercaba

La vida les escatimó miserable, los breves momentos de felicidad que podían haber disfrutado juntos… Irremisiblemente perdieron la juventud, la esperanza, e incluso el amor que habían compartido, en un ocaso precipitado y estéril.
Luego la muerte lenta y voraz, en una aséptica cama de hospital, sin darles tan siquiera tiempo al adiós. Él solo tenía treinta y cuatro años, y el espejismo de una vida casi normal, desapareció a la vez.
? ? ? ? ? En el combate cuerpo a cuerpo con la muerte, ella siempre salió victoriosa, y consiguió adueñarse de sus vidas, no importaba la falta que hacía en el hogar. Lo atrapó hasta convertirlo en su esclavo, para desaparecer por siempre con su leve carga, dejando el vació de la ausencia que nadie más podría volver a ocupar.
? ? ? ? ? ? Eran los años lentos, en los que el tiempo se detuvo una tarde de otoño, y se llevo en silencio su corazón. Luego, el deambular sin rumbo, de la mano de sus hijos, por parques y jardines al pálido calor del sol del otoño, cundo los árboles desnudos no podían cobijarles, sus ojos ya sin lágrimas, buscaban sin querer nostálgicos, a las familias que a su alrededor cruzaban del paseo a sus casas. Y sus vocecitas inocentes preguntando !mamá, y papá cuándo va a volver¡ yo quiero que este con nosotros. Cada semana la escapada furtiva, para tratar de asimilar, cual era su sitio, como una cobarde, buscaba en el dolor y la rabia, las fuerzas que fallaban y, seguía el sendero del destierro a encontrarlo ante la fría piedra que lo tenía cautivo.

Al desandar el camino sin mirar atrás, las dudas atormentaban su corazón y, en la garganta los sollozos le impedían respirar.
Por qué seguir aquí, qué la aferraba a esta tierra, nada tenían en común, lejos de los suyos sin conocer apenas a nadie, sin presente ni futuro, con la escasez en los bolsillos del emigrante sin nada que perder o ganar, su mundo se reducía al hogar sin él, y con unos niños que educar y mantener,
Aquellos pensamientos doloridos alimentaban su pesar, pero buscaba refugio en el reducido espacio de su casa en la que el vacío su ausencia se hacia más palpable. Todo el empeño en que simulara a un hogar; en el barrio de aquella ciudad desconocida, era una batalla perdida de antemano. Ahora solo era una más, entre más de dos millones de mujeres viudas.

Ser viuda: Esa condición no deseada, pero asumida, reza en muchos de los papeles oficiales que acreditan el estado civil.
Con el paso de los años, se asumen derechos y deberes que conllevan esa u otras etiquetas, como es soltero/a, casado/a, separado/a y viudo/a, de está categoría, censadas en asociaciones por toda España; hoy son 18 regionales, con más de 420.000 viudas asociadas que representan 18 comunidades autónomas y a las más de dos millones de viudas que existen hoy en España.
“¿No ha rehecho su vida? “ La frase que engloba en sí misma una batalla contra la desigualdad en lo que respecta al requisito de estado civil, viuda/viudo es la obligación implícita de una vida deshecha e incompleta por el mero estado de serlo.
Mi acreditación como viuda data desde el 21 de noviembre de 1981, hasta la actualidad, toda una experta en estas lides.
El 45% del sueldo que en vida tuviera el cónyuge, en mi caso, está cantidad del 45 % expresada en dos pensiones de orfandad hasta que mis hijos de cinco y siete años alcanzaban la edad de dieciocho años y ni un minuto más, a la que mientras yo no me case, me corresponde de por vida la otra mitad de ese mismo 45%.
En cuanto al derecho de ayudas por parte de cualquier administración como cabeza de familia, eran impensables porque en el momento de fallecer mi marido que contaba treinta y cuatro años dejó, en el 45% por ley, la cantidad que sobrepasaba cien pesetas de las de antes del sueldo base ínter profesional del año 1981. Por lo que carecía de cualquier ayuda a pesar de no tener trabajo retribuido, ni bienes o inmuebles que pudieran en ese momento, hacer más llevadera, la difícil situación de una pérdida irreparable en mi familia y en mi corazón.
Después de tres años de dura enfermedad que dio con los últimos esfuerzos por salvar su vida, lejos de las respectivas familias, de un entorno conocido y que tubo que ser el lugar de arranque del rehacer cotidiano de la familia mermada por la muerte del esposo y padre, al escaso año de haber iniciado la diáspora sin retorno, de una vida mas o menos normalizada a mil kilómetros de nuestra vida anterior, en otra zona del país que recorrimos de norte a sur. Dónde establecimos nuestra frágil familia, en un barrio limítrofe de una ciudad acogedora pero extraña, con costumbres y modos de habla y convivencia, todos nuevos, adaptándonos a nuevas situaciones en un pequeño piso de cuarenta y ocho metros cuadrados, acogieron una nueva forma de afrontar cada día sin apenas unos miles repartidos en la compra de la vivienda, la manutención y las mínimas necesidades, de abrigo y educación.
Las dificultades fueron en aumento, desde la simple petición de un crédito, al que por pesar sobre una pensión considerada alimenticia y no contributiva, era siempre denegado, por lo mismo, una simple tarjeta de crédito, con la necesidad de una firma masculina que acreditará mi intención de cumplir con el pago. Dándose por supuesto que mí firma y compromiso no eran suficientes para hacer frente, al crédito de cien mil pesetas, que me facilitaran la compra de ropa, zapatos y libros.
La realidad se ha impuesto, no existe consideración especial a pesar de que en vida mi esposo, fuera un contribuyente más y su familia acogida al sistema de prestaciones que marca la ley, una vez desaparecida la cabeza visible del trabajador, esposo y padre desaparece además con él, la seguridad económica, la estabilidad de la familia que aún asumida por el otro cónyuge, por ser mujer, carece del apoyo de las instituciones y la sociedad ve con indiferencia la lucha de la viuda, que lejos de ser quemada en la pira funeraria de otras civilizaciones más bárbaras, quedan olvidadas a su suerte, ellas y sus familias. Quién de ustedes no conoce a una de las asistentas, señoras de la limpieza, o cocineras de bares, costureras etc. Entre las humildes e ignoradas señoras en los más humildes trabajos, para sacar a diario ése ¿y no has rehecho tú vida?
Es estado civil de viuda, no es un estado de Gracia, es más bien un estado de desgracia permanente. Pues cada una de nosotras, lo hace a diario, en la medida de nuestras fuerzas, trabajando en casas ajenas. Mientras en nuestras casas, nos aguardan los hijos que precisan amor, calor, zapatos, ir al médico, que el profesor nos diga que esté estudia poco, que el otro necesita clases de apoyo, etc. En las noches en blanco, haciendo números, intentando cursos nocturnos, para encontrar un trabajo mejor remunerado, para poder ayudarlos en sus tareas escolares, por llenar sus vidas de todo lo que hubieran tenido de vivir su padre, es decir el cien por cien del rendimiento de su trabajo, de su apoyo y consejo, deben y pueden salir adelante, con sus estudios, ilusiones, y rehaciendo cada día con puntadas de valor y cariño de esas madres viudas, que a pesar de lo peyorativo del calificativo, la viuda del cuarto A, que pesa pero apenas se valora.
En la actualidad más de tres millones que lo ostentan con honor y dignidad que se enfrentan a diario una batalla perdida de antemano, ser viuda es un cargo duro de llevar a cabo, siempre en tela de juicio en la educación que se da a los hijos, cuya única culpable, si sale mal es la que queda, si sale bien, nadie te da el honroso mérito de haber forjado un futuro para los hijos. Tiene también sus momentos de gloria, que se llevan adelante con el corazón roto, cuando tu hija se casa y llevarla al altar lo hace otra persona que su padre y el ramo de novia se deja como presente sobre una fría tumba, cuando los nietos dicen la primera vez abuela, o cuando te dan el primer dibujo que queda pegado como un cuadro de Miro en la puerta del frigo, y ante él, en la noche solitaria, piensas en lo afortunada que eres al poderlo contemplar. El único galardón que atesoras, algo que consideras un regalo merecido por la lucha silenciosa que la vida y no tú te ha obligado a llevar, no eran las expectativas de una vida, es el deber de seguir a pesar de las mil veces que hubieras tirado la toalla, y al mirarlos a ellos, al fruto de tu amor por el cónyuge desaparecido, recuerdas el amor que unió vuestros destinos y que has intentado por todos los medios, preservas en su memoria de lo que podía haber sido un padre. Mientras para ti, queda en el corazón el vacío de haber hecho el cien por cien de padre y madre, con o sin el 55% restante que te escamotean las leyes por el mero hecho de ser viuda

El olvido y el reencuentro permanente

Filed under: Novela: el argumento — MiguelR at 7:33 pm on sábado, diciembre 5, 2009

Hombre de unos 45 años, Básicamente es mostrar como se deja de lado, en el olvido partes importantes de la vida, como se aliena uno con el paso de los años, y como una vida homogénea construida con el paso de los años se perturba por el regreso de hechos y personas de otras épocas. Así se Cruza con una mujer que era su amor, primero, lo que provoca que cosas de la vida cotidiana hagan regresar trabajos, situaciones de carencias, indecisiones, malas decisiones en negocios anteriores, e ilusiones muertas.

El olvido y el reencuentro permanente

Filed under: Novela: el tema — MiguelR at 7:28 pm on sábado, diciembre 5, 2009

El olvido y el reencuentro permanente

Preconcebida

Filed under: Novela: el tema — Quioreng at 5:54 pm on sábado, diciembre 5, 2009

Una mujer que necesita la aprobación continua de los demás. De todos.

Preconcebida

Filed under: Novela: el argumento — Quioreng at 5:53 pm on sábado, diciembre 5, 2009

– Vive sola en su apartamento de una habitación y es contable. Todo en su vida está tipificado, lleva el coche adecuado, la ropa adecuada, habla de la forma adecuada. A veces no lo consigue y se tortura.

– Conoce a un hombre totalmente opuesto a ella. Muy libre.

– Se enamora. Pero evita por todos los medios tener una relacion con él.

– A pesar de todo comienzan una relacion.

– Ella intenta cambiarle.? No lo consigue.

– Rompen.

– Soledad.

– Cambio drástico en su vida. Hace replantearse sus esquemas.

– Sufrimiento.

– Reencuentro.

– Final abierto, lo ha perdido pero quizá pueda recuperarlo.

Vivo, siento y existo

Filed under: Novela: el tema — carla at 2:32 am on sábado, diciembre 5, 2009

Descubrimiento de uno mismo a través del amor y la entrega a otro.

Vivo, siento y existo

Filed under: Novela: el argumento — carla at 2:30 am on sábado, diciembre 5, 2009

Eduardo es un abogado de Derecho Internacional con éxito económico y social. ? Goza de la vida pero su trabajo siempre está por delante. Todo lo demás ha de esperar. Surge para él ? un nuevo reto: dar clases en la Universidad pública.

Alejandra es una estudiante de Derecho dependienta en una conocida tienda de moda. Trabaja mucho y lucha por lograr un puesto en el mundo jurídico. Tuvo pareja durante muchos años pero cuando lo dejaron se encerró en su trabajo y estudios.

Ella se apunta a la clase del nuevo profesor. Coinciden y comienzan a sentirse, ? sin quererlo, interesados.

Eduardo tiene una conferencia en Barcelona. Alejandra tiene que asistir a la feria textil allí. Coinciden en la Ciudad Condal y se entregan al descubrimiento mutuo. Se sienten muy atraídos pero les asalta el miedo a entablar una relación equivocada o demasiado seria que acabe hiriéndoles.

A la vuelta piensan en sus relaciones anteriores y analizan lo que han vivido y su? constante búsqueda de la soledad. Son momentos de agitación interna y de aparición de inseguridades que creían muy superadas.

Cuestiones laborales posteriormente vuelven a unirlos y no dejan pasar la ocasión de conocerse más. Disfrutan de momentos de locura y pasión. Encuentran el equilibrio juntos y se unen entre amigos y familiares encantados con la nueva situación.

Con el tiempo desean un hijo pero no llega tan pronto como esperan. Cuando se relajan y dejan que todo fluya, nace el pequeño. Son momentos de felicidad y nerviosismo.? Luchan cada día por educar al fruto de su amor. Es una época de muchas alegrías aunque también de sacrificios.

Experimentan sorprendidos la sensación de que no existen solo ellos y que se están sintiendo completos a través de las vidas de otros, que a esas alturas inundan sus existencias.

Dos corazones

Filed under: Novela: el argumento — Carminacd at 5:18 pm on viernes, diciembre 4, 2009

argumento: En 1910 Domenico vende todo lo que poseía en Italia y emigra con su esposa María de la que está muy enamorado y su hijita Giovanna de un año, desde Calabria a la Argentina. ? Se radican en un pueblito de campo, Domenico construye una casa grande, comienza a comprar los campos de alrededor, hace negocios; pero extraña algo muy importante para él; le falta Antonia, la sirvienta que dejó en su país y a quien ama casi tanto como a su esposa. Entonces le manda el dinero a Antonia y se la lleva a vivir con él en Argentina, en la misma casa, bajo el mismo techo y en la misma cama que comparte con su esposa legal. Con Maria, Domenico, tuvo cinco hijos, con Antonia tuvo dos. Maria se escapaba de la casa cuando no soportaba más la herida a su orgullo, a su amor propio; cuando los celos la consumían hasta sentirse morir del dolor; Domenico corría a buscarla donde ella estuviera la encontraba. Antonia murió joven y Maria con su hija mayor, Giovanna, criaron a todos los hijos de Domenico como hermanos. Domenico fue fiel a su esposa hasta su muerte.

Dos corazones

Filed under: Novela: el tema — Carminacd at 5:16 pm on viernes, diciembre 4, 2009

tema: amar a dos personas por igual, corazón dividido en dos.

MEMORIA DIFUSA

Filed under: Novela: el tema — Alfonso at 3:57 pm on jueves, diciembre 3, 2009

Lo efímero de la vida. La rapidez del paso del tiempo. La nostalgia de lo vivido en los mayores.

¿Quien es Sofía?

Filed under: Novela: el tema — Corina Harry at 12:37 pm on jueves, diciembre 3, 2009

La intuición como guía de la vida de? las? personas, y punto de partida de sus decisiones trascendentes. En Sofía particularmente.

una guerra de erizos y estrellas…

Filed under: Relato - Primer ejercicio — Ursus at 9:36 am on jueves, diciembre 3, 2009

-No es la primera vez que los erizos caen a mis pies-

Los erizos… oh estos erizos, me encanta acariciarles la nariz , mira es tan punteaguda pero ? no pueden cegarme con su belleza.

Así hablaba Inata, con rostro tan duro como el tronco de un árbol, tan arrugado… de nuevo como el tronco de un árbol.

-Los erizos… eternos enamorados… eternos ilusos-

Inata es la última mujer de Barba Azul, la que escapó de ser asesinada como todas las esposas que éste ? había tenido.

Asumió gobernar esta tierra de fuego y ahora estaba quemándose por la guerra entre las estrellas y los erizos de mar.

Ella estaba enamorada de los erizos, y sólo quería alejar a las dulces estrellas de sus imperios donde había dado asilo a todos los erizos y les proporcionaba todo lo que ellos deseaban, al punto que los erizos habían comenzado a tener más influencia sobre el reino que la propia Inata.

Cegada por este amor extraño, ordenó un ataque devastador hacia las estrellas quienes se habían reproducido en toda su magnitud, en todo el ancho del reino de Inata. Tal era el poder de las estrellas que en los campos de batalla, los erizos habían comenzado a invitar a las estrellas a compartir noches de música , canciones en armónica y juegos con las estrellas del cielo.

Nadie sabe cómo apareció Inata en medio de tal fiesta.

Las estrellas se estrecharon unas con otras y se volvieron una sola en todo el ancho del mar; y las del cielo se miraron unos minutos y se juntaron formando un aro blanco enorme en las alturas, abriendo al cosmos… enfrentándose ámbos bandos en medio de una guerra de música y folgorio.

Ella estaba absorta por lo que sus ojos veían.

Su reino la había escondido del mundo cuando su madre quien entonces gobernaba , fue traicionada por un erizo.

Siendo aún niña se extravió y dicen que cuando perdió el camino hacia su reino, perdió también la memoria y nunca más volvió a recordar quién era; pero la pena de su madre por el extravío de su hija, hicieron que Inata se transformara en un seco y arrugado manojo de mujer de un árbol, dura y arrugada había logrado engañar a Barba Azul en un disfraz que pudo disimular su aspecto haciendo que este se enamorara locamente de ella.

Así se hizo conocida como la última mujer de Barba Azul.

Pero se había convertido en una perversa versión de su madre y se había empeñado en engañar a los pobres erizos que pasaban por sus proximidades, terminando esclavos de sus deseos. ? Había heredado a la muerte de su madre, todas las tierras cercanas al mar y había mantenido una doble identidad con la tierra del agua y la Tierra del fuego, a la cual ella se sentía muy atraída ya que la estrellas eran muy amables, eran tan dulces que la envidia se le apoderó y creyó que de conocerlas, los erizos la abandonarían; los erizos que venían desde años queriendo sublevarse, dejaron actuar a su reina, ofreciéndose serviciales siempre al punto que ella ya no sabía de los asuntos del reino , vivía sumida en su amor por los erizos que olvidó a las estrellas . La envidia y la inseguridad le hizo argumentar tanto a erizos como a estrellas de mar, sobre la igualdad de derechos de ambos, sorteaba la idea de que las estrellas eran más importantes en la existencia del cosmos

Solían ser así…

Filed under: Poesía - Primer ejercicio — Ursus at 6:18 am on jueves, diciembre 3, 2009

Han llegado estos recuerdos antiguos

blancos y con destellos

blancos pero no menguos.

Estos recuerdos de papel decrepitado,

recuerdos exhaustos y olvidados…

recuerdos cansados y apretados.

Recuerdos de tí, hombre naciente

hombre de lindos colores y frentes abiertas,

frentes en blanco de flores jazmines…

hombre de todos y de ninguna gente.

hombres y mujeres.

Filed under: Relato - Primer ejercicio — Ursus at 6:10 am on jueves, diciembre 3, 2009

ADOM

Filed under: Novela: el argumento — Alicia at 8:12 pm on miércoles, diciembre 2, 2009

Adom, de trece años, habita en una pequeña aldea de Kenia ubicada en un punto de paso de la? Lunatic Lane, línea férrea que desde finales del Siglo XIX cubre ? el trayecto Mombasa- Nairobi.

Desciende de los masáis, antigua tribu que junto a los kikuyos y los luos fueron desplazados de sus tierras por colonizadores, en especial alemanes e ingleses y elites negras.

Las extremas condiciones de pobreza que soporta junto a su madre y sus tres hermanos, lo llevan a soñar con alcanzar algún día una posición económica digna, ambición a la que añade recuperar parte de las tierras de sus ancestros y defender la idiosincrasia perdida.

Es así que, ante una situación límite en el seno de su familia, resuelve partir en pos de un objetivo clave, lo que le deparará enfrentar ? situaciones inesperadas en entornos para él desconocidos.

Las emociones que lo impulsan le permitirán desafiar las adversidades, dando a la historia un final insospechado.

MEMORIA DIFUSA

Filed under: Novela: el argumento — Alfonso at 9:08 pm on martes, diciembre 1, 2009

En el colegio de curas todos los alumnos asisten al funeral de uno de ellos. El cadáver preside la ceremonia. Muchos de los alumnos tienen su primera visión de la muerte acompañándole hasta el cementerio en una procesión tenebrosa. José se despierta de su sueño en el coche de su hija que le trae de vuelta a su ciudad natal, jubilado y viudo después de toda una vida fuera de ella. Vuelve donde nació y vivió su infancia y juventud. Vuelve a casa de su hija que le trae porque considera que ya no puede vivir solo por sus lagunas de memoria.

Sale de casa a reconocer pasado escenarios con el ánimo de encontrarse con antiguos compañeros y conocidos. Todo ha cambiado. Recuerda estos lugares en el pasado. Ve a personas que le parece reconocer pero que es incapaz de identificar.

Le llevan a la consulta de la neuróloga por su déficit de memoria.

Se reencuentra con el compañero del colegio al que ya ha identificado y éste le cuenta que un viejo profesor se muere.

Con el amigo repasa la vida de otros compañeros y recuerda un sábado en el cine del colegio y sus andanzas por los muelles.

Reencuentro con una antigua novia a la vez que rememora la bahía de su infancia.

Visita al viejo profesor en cama en su casa. Su piso está igual que entonces. Recuerda sus clases. Pretende despedirse de él (ya que se está muriendo) y se encuentra con un hombre muy mayor moribundo al que casi no reconoce.

Se entera de que tiene una demencia progresiva. Perderá la memoria y sus recuerdos. Es cuestión de tiempo.

Continúa evocando lugares y personas a la vez que se enfrenta a la realidad que no tiene nada que ver con sus recuerdos idealizados y deformados por el paso del tiempo. Se da cuenta que al ver de nuevo todas estas cosas sus viejos recuerdos son sustituidos y no le gusta. A veces preferiría sus antiguos recuerdos.

Finalmente el viejo profesor se muere.

En el velatorio su confusión es patente. Es el comienzo de su deterioro. No sabe distinguir los recuerdos, lo soñado o imaginado, lo idealizado de la realidad. Todo se mezcla.

Su hija recibe un premio que le dan a José con motivo de uno de sus libros. Es un reconocimiento a su trayectoria de escritor. Ella lo recoge y promete que se lo dará a él en el asilo donde permanece ya sin recuerdos.

ADOM

Filed under: Novela: el tema — Alicia at 3:36 pm on martes, diciembre 1, 2009

Es la historia de Adom, adolescente keniata y de su lucha por huir de un presente dramático y de un? futuro indigno.