Manolo

Filed under: Creatividad - Primer ejercicio — gantz at 5:53 am on sábado, agosto 6, 2011

La sangre escurre por mis manos. Rompe la carótida y ahogarás los gritos. Presiona la garganta sobre veinticinco kilos y romperás su cervical. Es más fácil si lo envuelves con una cuerda o una cadena.

No me entienden. Tal y como suponía, no son capaces de hacerlo. Yo estoy más allá de su experiencia. Estoy más allá del bien y del mal. Eso lo dijo Richard Ramírez, asesino serial norteamericano. Conocido como nightstalker.

Creen que pueden dominarme con psicotrópicos, creen que pueden decirme qué hacer y qué pensar, creen que de eso va todo, se equivocan.

Las lámparas ya se apagaran para nosotros y para todos ellos, la oscuridad es mi elemento. Solo un ataque de violencia contra mi familia, dijiste. Siempre se equivocaron.

¿Escuchas como el viento mece el columpio con el cuerpo del guardia amarrado en su cadena?

Es una sinfonía de muerte. Dulce.

¿Por qué lo hiciste? Antes de hacer algo, mira a tu alrededor, escucha, y sobre todo, abre la boca. Hay que hablar, Manolo, hasta los animales se hablan entre sí, ¡qué caramba!

Tuvieron que quitar todos los cuchillos y las tijeras de la casa de tus padres

Recuerdo tus palabras de “experta” como si las hubieses marcado con fuego en mi memoria.

Tan arrogante. Mirándome como un animal, comparándome con uno. Mientras escondías tus ojos detrás de esas gafas.

Mientras estabas segura porque me tenías confinado, atado.

NO ME PUEDES DETENER.

¿Te gusta mi voz, es dura como una roca, no?

No comprendes que jamás me encontrarás en un libro, soy indefinible, como la propia naturaleza, defíneme y te daré otra sorpresa.

¿Recuerdas los shocks eléctricos?

Dominar mis ataques de violencia con electricidad, ¿eso fue lo que decidieron en la votación de la junta de especialistas, de expertos?

¿Hicieron algo?

Dime ahora, ¿sabes tú lo que es la locura?

Yo sí, soy lo que la locura ha hecho de mí.

Sabes que no deberías haberte puesto así. Lo primero es mirar a la gente, Manolo, no puedes pretender que te entiendan si ni siquiera te dignas mirarlos a la cara.

¿Sabes por qué no los miro a la cara?

¡RESPONDEME!

No puedes hacerlo, te lo diré.

Porque solo veo animales. Como tú, eres sólo una gallina. Una gallina degollada.

Emplumada

Filed under: -Creación de personajes,Redaccion — gantz at 3:53 am on sábado, agosto 6, 2011

Ella miraba el infinito (al menos así me parecía) de pie frente a la lluvia, taciturna. Me detuve bajo mi paraguas a mirarla, encendí un cigarrillo, para ver de que iba.

Estaba quieta mirando la lluvia, un trueno suena a lo lejos y su sonido hace que se me recoja el escroto. No me gusta la lluvia, a ella parece encantarle, creo que divaga, quizás sea autista, quizás…

Quizás sea como yo, quizás esta embargada en sentimientos de inutilidad, tratando de ver la salida de un pozo ciego. No parece importarle que la lluvia la empape, imagino la lluvia correr por todo su cuerpo,? desplazándose? por su curvas y ella indiferente.

Cargo el peso en un pie, luego en el otro, ella aún está? inmóvil. enciendo otro cigarrillo para darme ánimos y camino hacia ella.

Voy a tocar su hombro cuando una pluma flota hacia ella, se detiene la pluma un momento en el aire y se posa sobre su nariz.

Mirando en el Espejo

Filed under: - Autorretrato,Redaccion — gantz at 3:27 am on sábado, agosto 6, 2011

Enciendo un cigarrillo, doy una larga calada, expulso el humo por la boca y lo reabsorbo por la nariz de perfil levemente aguileño.

No me recuerdo sin fumar, cada día al despertar una costra de alquitrán y nicotina está fijada en mi ? garganta. Mis ganglios están permanentemente inflamados y dolorosos.

Mi piel tiene un tono levemente dorado, como el tabaco rubio, puedo ver mi piel reflejada en el espejo, a través de mis ojos demasiado oscuros lo que los hace un par de espejos brillantes.

Apago el cigarrillo y enciendo otro. Es un impulso condicionado, no como mis otros impulsos. Aquellos impulsos que no me dejan dormir y que me hacen hacer sucesiones de ideas del largo de un brazo, aquellos impulsos que me hacen irritable, violento, inteligente, creativo, arrogante, paranoico.

Aquellos impulsos que me hacen ser Dios.

Los Dioses caen y yo también, llegan esos días en que no te quieres levantar, no hay pozo más profundo que donde estás. La caída de los dioses es larga y dolorosa.

Miro desde el balcón y calculo probabilidades de esta altura, tendría una probabilidad del 4% de sobrevivir.

Vuelvo al litio. Dos, tres pastillas al día y duermo.