De un amor y un barrio
Recuerdos de los malos colecciono,
de los otros, contados con los dedos:
la parra del pasillo de mi abuela
y esas uvas que Bacco envidiaría;
ese beso en el banco de la iglesia
con los ojos cerrados por placer
y tus rayos de luz sobre los párpados.
Calles de tierra, flor de paraíso,
comer fruta robada de la planta.
Haber tenido, haber amado mucho;
haber perdido, haber odiado tanto.
Filtraba entre las hojas desiguales
un sol que era pasado e ilusiones,
película gastada; sol, tu áurea.
Zanjas, charco engendrado por la lluvia,
el útero de jóvenes promesas.
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Carmiña Candido Daverio