Autorretrato
La ataraxia. El nihilismo. El vete tú, yo te espero. El mejor preparado en la cama de Morfea. Me envidian por ser ese mismo. Me dan consejos, me amaestran, me sacan fuera de mi abismo, de mi granero. Pero me tumbé y vacié el saco de deseos. Con una piedra del camino, con eso voy tirando. Y me llaman y ahora bajo y nunca bajo. -La posición horizontal es un trabajo-. Me envidian por mi mutismo. Me dicen lo que debo hacer y qué necesito. Que tenga fe e ingresos fijos. Pero nada espero, nadie pudo. Sólo tengo fe en el dadaísmo. Y me gusta cuando no se entiende nada. Y el exceso, por supuesto; somos posmodernos, pero no gilipollas. Por eso el sueño dura todo el día y por la noche hace silencio. En silencio me trepano con el dedo. Y por el hilO-que-nos-Une pendo pedo. Acaso envidian mi biorritmo. Como si fuera le hombre congelado de Bukowsky. Pero no saben que el peso de lo que no sabes y de no sentir nada, pesa muchas toneladas. Por eso parezco Seti I, pero no tan contento. Si dormir es morir, me da todo lo mismo.