Autorretrato
Soy el reflejo de un libro abierto, estoy hecha de palabras. Mis ojos, fabricados en curiosidad de primera clase pintada con té, miran hacia dentro para poder leerme.
Soy una novela de misterio con miles de cabos sueltos que se unen formando mis rizos negros, entre los que se enredan las ideas que no llegarán a ver la luz.
Mi boca, concebida en sentido inverso, calla mucho más que habla. Y a veces, paso mi lengua por sus aledaños en busca de alguna palabra no dicha, abandonada a su suerte en el tintero de mis labios. Entonces la guardo con cuidado. Nunca se sabe…
Atesoro el mar en cada una de mis lágrimas, que se deslizan por un papel con textura de tez, donde escriben los viajes irrealizados y rememoran los paisajes que sólo existen en el lienzo de mis pupilas.
Soy una lucha constante, eterno ente volador con pies de plomo. Soy la derrota de la cordura.