Exiliados
-Entonces, me decía que llegó a París en el año ´77…
-Sí, las cosas se habían puesto muy difíciles en…
(…sí, ya lo escuché, me vengo escuchando desde hace años…)
-Y cuando llegó aquí…
-Y, al principio costó, pero ya sabe cómo somos los que venimos de…
(…claro, únicos por nuestra capacidad de adaptarnos -¿o de desarraigo?- por eso nos valoran en todos lados, y etc., etc.…)
– Bueno, pero cuénteme algo de usted, de sus años en…
-Claro, crecí en un mundo que ya no existe, de escuelas públicas y salud para todos, en una familia…
(…de clase media, que tampoco existe, pero, ¿quién eres realmente, qué sientes, cómo llegaste a esto, dónde estás parado…?)
– Entonces, con la ebullición social que se vivía, comencé mi militancia en…
(…en la nostalgia, en ese “habitar en la onda” de Rilke, y no tener patria en el tiempo. Ni en el espacio. Ni en la realidad, imposible de ser aceptada desde ese entonces…)
-¿Y piensa en volver?
– Bueno, la situación allá…
(…no pregunté por la situación ni por el allá, sino por un pensamiento, por algo que salga de adentro, por una convicción, aunque fuera quimera…).
– Bien, gracias por su tiempo y por la nota (-¿Y cuándo cree que la publicarán…?)
(…al menos verse citado, publicado, un modo de recuperar la existencia o de convencerse de que se es real…)
El metro no va tan lleno esta noche. Y yo acuñando uno más. Otro reportaje a mi espejo…