Clara
Como la mayoría de mis primos, nací días antes de El Pilar en una preciosa Zaragoza en fiestas. En estos 25 años, he vivido en cuatro ciudades diferentes, que hubieran sido más si no hubiera logrado hacerme un hueco en el periodismo deportivo, mi gran pasión.
La carrera la estudié en Madrid; estando de Erasmus, en un remoto pueblo de la Bélgica francófona, me conocí a mí misma a la vez que hacía amigos de todos los colores y culturas.
Todos los días sueño con algo raro en estos tiempos, tener siete hijos. Uno de ellos llevará el nombre de Axel, en honor a la Bélgica que tanto añoro. Otros dos intentaré adoptarlos en algún país Africano y tendrán una preciosa piel negra, muy negra, que contraste con la mía, blanca nuclear. Por ello, por mis ojos claros y mi pelo rubio siempre me confunden como una turista alemana o inglesa.