Insondable
Palidezco cuando me miro al espejo, cada mañana. A cada instante, segundo, minuto, hora… me reflejo como el que no es, un ser invisible. Audible para mi reloj interno, erigiéndose en prescriptor de mis edades, mis arrugas, mis? fracasos. Visible para mi mundo interno que confundido se esconde y repliega, a cada avance del cronómetro, latiendo. Palpable para los menos, los locos, los dolidos, los descontentos
A cada instante, segundo, minuto, hora… me redescubro como el que no está
Un ser insondable, viviendo sin sueños
Enrojezco cuando me miro en tu espejo, cada tarde. A cada mirada, palabra, calada… me escudriñas como el que soy, un ser extrañado. Resultando ahora audible, visible, palpable, reconocible para alguien sin prescripciones, latiendo. Con mis ocurrencias incomprensibles, mis alegatos inexpugnables, mis contestaciones inagotables, mis incomunicaciones, inseguridades, devaneos y constreñimientos
A cada mirada, palabra, calada… me redescubro como el que se busca
Un ser insondable, viviendo de sueños
Reaparezco cuando me miro en mi espejo, cada noche.? A cada temor, un cuento. A cada desaire, un lienzo. A cada dolor, un verso. Legible para ti, para? vosotros, no para ellos, los prescriptores del tiempo, los iluminados mecenas de? escritos atentos
Como el que soy, un escritor sin talento.