Una diosa marina
Soy una perla del Caribe, de las que están en peligro de extinción. Hija de dioses de mares ardientes, de piel broncínea, cabellos espumosos y mirada solar. Mi estirpe no tiene edad. A mí y a mis hermanas nos gusta cantar y bailar, bajo la luna y las estrellas, bajo las profundidades abisales y sobre la tierra sagrada.
Aparezco como las oportunidades, ahora estoy aquí, mañana quién sabe. Tal vez no me reconozcas, pues las miradas ociosas están cansadas de ver que? no reluce todo lo que oro y opulencia aparenta.
Mantengo pactos con las diosas nocturnas con las diosas tectónicas, diosas nutricias. Auscultando sus calderos, sus cuevas y sus telares, para adentrarme en los ritmos del Tiempo del Sueño Eterno y conocer todas mis identidades, dimensiones y cuerpos.
Soy eléctrica, cuántica, iónica. Mi padre es el éter, mi madre la más antigua de las divinidades. Acallo todas las voces para que cante el río, para que sople el viento, para que los árboles nos saluden con sus brazos señoriales. Yo soy una como tú.