AUTORRETRATO: Sin Huella
No aspiro a dejar mi paso en este mundo
en la perspectiva de un tiempo delirante.
No espero aplausos, laureles o victoria;
mucho menos mención en esta historia.
Traté de conquistar la gran altura,
pero el cansancio me torció la espalda
y la cuesta supero en mucho mi estatura.
Soy el trueno que fracasa
en su intento de enfrentarse a la ternura.
Derroché los instantes fugitivos,
que se fueron como el agua entre las manos
dejando sólo un rastro de humedad
sin la mínima opción de vuelta atrás.
Pero quiero dejar en este espacio,
un dejo de prófuga conciencia:
Hubiera amado sin loca resistencia
sólo por seguir la vocación
de un amor que olvida los pecados
por su eterna sumisión.
Hubiera soportado incluso a los ilusos,
que en su utópica ilusión y celos
rescinden locos y confusos
Hubiera pedido no ser exiliado
de la púdica y cargada pesadilla
del buen samaritano,
perdido al cruzar a la otra orilla.
Hubiera permitido la traición,
que se juzga sólo en el intento
como luz que sabe su designio
por un beso atrapado en tradición.
Me hubiera inmolado en expiación
como la flor soporta los ardores
al ganar de sus entrañas los sabores.