El Gran desastre…

Filed under: Creatividad - Primer ejercicio — Raul Hernandez at 7:56 pm on jueves, noviembre 5, 2009

Había mucho ruido alrededor, las sirenas sonaban y los bomberos iban de una zona a la otra tratando de controlar el fuego. Este se había propagado más de lo que las autoridades habían pronosticado y la ayuda inmediata no había sido suficiente. Se necesitaban de más recursos y de gente preparada para estos percances. Nadie sabía como se había iniciado este gran desastre. La situación era crítica y no se tenía agua potable suficiente, los lugares de asistencia también estaban repletos. Las llamas salían peligrosamente todavía en algunos sitios y no había forma de llegar ahí, sin un equipo especializado. El lugar más dañado fue la biblioteca, casi se había extinguido por completo. Entre los escombros y con la ayuda de mi lámpara, pude distinguir la pasta de un libro sobre votaciones, era el tema preferido con el que mi esposa y yo solíamos discutir y que finalmente nos llevó a la separación. Teníamos una linda familia, solo que ninguno de los dos disponía del tiempo suficiente para estar con los niños y de mirarnos al espejo de nuestro interior, reconociendo que nada metálico nos vamos a llevar cuando muramos. El autor del manuscrito era de don Felipe Gallina, un experto en temas religiosos y célebre escritor. El sostenía que tenía el sistema perfecto para hacer de las nuevas elecciones, un escrutinio honesto y efectivo. En la parte de atrás del edificio y en un rincón, estaba el viejo columpio en el que mi hijo se pasaba las horas leyendo. ¿Siempre me pregunté? Cómo podía leer, manteniéndose en movimiento. En la parte de enfrente ya no quedaba tan visible el nombre del insigne poeta Carlos Prado, el cual se había grabado en una placa de mármol y resaltado con efectos especiales de una roca rara, que habían traido de una región de Brasil de donde Prado era originario. Nunca me pareció que hubieran invertido tanto dinero en una placa conmemorativa, aún cuando quien lo pagaba era el mismo poeta. Ese dinero podía haberse utilizado en muchas otras obras de servicios, como el de mejoras en el sistema contra incendio, por ejemplo.

6 Comments »

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Comment por Yyrkoon

9 noviembre 2009 @ 2:21 pm

Puf, me niego a leer ni un relato más sin puntos y aparte, duele mucho la vista.

Cuida estos detalles por el bien de tus textos y el de tus lectores, ni más críticas ni alagos, no me lo he leido.

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Comment por Yyrkoon

9 noviembre 2009 @ 2:23 pm

Se me escurrió la H, «halago», perdón.

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Comment por Raul Hernandez

10 noviembre 2009 @ 7:38 am

Gracias por tu comentario YYRKOON. Este es un laboratorio, en el que hay pruebas y experiencias. Cuidaré mas esos detalles.

Saludos,

RaúL H

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Comment por Yyrkoon

10 noviembre 2009 @ 10:22 am

Claro hombre, trataba de ser instructivo. 🙂

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Comment por Indalo

18 noviembre 2009 @ 10:45 am

El relato es entretenido, aunque lo encuentro muy lineal debido a la puntuación. Ésta sirve no solo para conseguir claridad, sino también ritmo.
Respecto a la moraleja final, es ocurrente pero no me acaba de gustar. Quizá porque me parece demasiado funcional o materialista.
Intenta, también, no salirte del tema principal sin un motivo que lo justifique.

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Comment por Raul Hernandez

18 noviembre 2009 @ 6:42 pm

Gracias Indalo, aprecio tus observaciones y tus razonamientos,las tomaré en cuenta.
«El crecimiento universal aún en la más pequeña escala, se genera cuando vemos por demás…»

Saludos,

Raúl H

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