muñeca de vudú
Tengo mi propia muñeca de vudú en mis manos
la pincho con los alfileres de tus recuerdos;
esa mirada intensa, como una llamarada de fuego,
y tu sonrisa, ¡oh! ¡Que sonrisa!
narcótica, alucinógena
en la que viven mis sueños.
Me torturo yo misma
con el recuerdo de nuestras conversaciones:
lo que dijiste, lo que quisiera que hubieses dicho
lo que debí decir y lo que no.
Me admito masoquista
las cicatrices del pasado lo revelan
porque tus palabras son solo mentiras
que me hacen sentir especial
pero al fin y al cabo, mentiras,
tambien yo misma me las digo y me las creo
y ya no se diferenciar entre lo que es real y lo ficticio
lo que realmente pasó entre nosotros
y lo que fue solo un sueño.
Pero, ¡total! la felicidad no existe en esta vida
solo destellos de ella
pequeños momentos que vale la pena atesorar.
Yo sólo sé que tu estás en todos ellos
por eso me quedo con mi muñeca de vudú
y con ese dolor que me hace sentir viva;
prefiero adolorida contigo
que sin ti, muerta.