Sentado a la orilla de la vida
Sentado a la orilla de la vida siempre observé los acontecimientos a lo lejos, por esta razón nunca asumí con valor la posibilidad de estudiar la licenciatura en letras y supuse que estudiando una carrera técnica estaría asegurándome un espacio laboral; así con una fuerte dosis de cobardía y mucho cálculo económico estudié Ingeniería Industrial y no habiéndome bastado mi enorme error decidí estudiar una maestría en formulación de proyectos. Ahora tengo 34 años y estoy seguro que las letras han sido, son y serán el motor de mi espíritu, por ahora, he decidido no permanecer sentado en la orilla y comenzaré la marcha que hace mucho tiempo tuve que haber recorrido.