El lápiz de la verdad
Dibujar no lo era todo para él. No era ni mucho menos una evasión de la cruda realidad. No le permitía ni viajar muy lejos, ni mucho menos pues escudriñar los infinitos del universo. Simplemente le permitía representar lo irreal e imposible del ser humano. Efectivamente, ese chiquillo gordito y afanoso en sus quehaceres conseguía representar lo que ningún ser había sido capaz hasta entonces de realizar. Tampoco alardeaba de tal proeza. Lo consideraba ciertamente curioso, pero simplemente había surgido en él desde su más temprana edad y ya se había acostumbrado a ello.
Lo hacía repetidas veces, cuantas más veces mejor. En cualquier sitio, en cualquier lugar que se le permitiera. O no. En las mesas de los hoteles, en las paredes de los museos, en los lavabos de mujeres, en el andén del metro…y claro, con los años, consiguió que la gente visualizara lo que para algunos nunca hubiesen llegado a ver: el deseo, la angustia, la desazón, la fatalidad, etc. Evidentemente que no todos los creadores visuales estaban de acuerdo con este joven intruso, pero había que reconocer que traía la luz a los ciegos de esta sociedad. Tanta imagen impura, tanta televisión sin sentido, tanta obra sin mensaje. Por fin un opositor comunista al mismo nivel que esa invasora basura visual.?
¿Y creerán ustedes que entonces eso abrió a la gente a una nueva sabiduría??
Pues no. Desafortunadamente solo concurrió con alguna otra moda juvenil, algún pasatiempo musical,… y la gente se cansó. Se cansó de ver más allá del espejo de la mentira, se hartó de ver más allá de su nariz, se aburrió de él. Y prefirió como siempre cerrarse en si misma, en su miserable mundo para no sentir, no reflexionar, para sobretodo, no vivir. En todo esto, la única parte buena, es que nuestro chico nunca lo hizo por la gente. Ni mucho menos por un mundo mejor. Siempre dibujó por que su pasión era esta. Y ahí sigue. Consecuente consigo mismo. Quizás algún día su recopilación aportará una nueva manera de entender el mundo; o simplemente, se quedarán esas representaciones gráficas en su cuadernillo que siempre le acompaña.